Con la esperanza de recuperar poco a poco lo perdido en más de tres meses de inactividad, de 800 a 1,000 negocios comerciales de Cajeme abrirán sus puertas al público este miércoles 15 de julio en el marco de la llamada "Nueva Normalidad".

La reapertura será gradual, con las limitaciones y medidas higiénicas que marca el protocolo diseñado por autoridades y cámaras empresariales para evitar un mayor crecimiento de los contagios por covid-19.

Y ocurre tal vez en el momento menos apropiado, cuando el crecimiento de contagios ubica a Sonora en el Semáforo Rojo de la pandemia. 

El Semáforo Naranja no llega y tal parece que esto ya no importa ante la urgencia de los sectores económicos por retomar su curso normal. 

Está por iniciar un desafío a la naturaleza de la pandemia y a las respuestas sociales frente a la contingencia.

La evolución de las pandemias, como aseguran científicos, tiene su propia lógica y apenas es alterada o detenida por las políticas públicas de salud. 

Las reacciones sociales también son impredecibles o poco manipulables en situaciones emergentes o difíciles de manipular como la actual.

Por más medidas o protocolos que se recomienden durante la reapertura para evitar mayores contagios, la sensación de recuperar la normalidad, aunque ésta sea nueva, puede generar un relajamiento social más extenso y peligroso del que hemos visto hasta ahora. 

El riesgo podría no ser tan grave si se considera que en realidad las medidas preventivas como evitar aglomeraciones, la sana distancia, uso de cubrebocas y gel, limpieza con desinfectantes en espacios públicos, han sido superadas por los hábitos cotidianos que se evidencian en cualquier tienda de abarrotes donde los vecinos conversan codo a codo y muchas veces sin cubrebocas. 

Igual en las reuniones familiares y de amigos los fines de semana. 

Sobran casos de familias donde los más viejos, abuelos o padres, se mantuvieron confinados hasta que la visita del hijo o cualquier otro allegado los expuso al contagio viral.

Abrir negocios con protocolos sanitarios tal vez no implique más riesgos que los presentes en tiendas, casas y espacios comunes de los barrios.

Los días recientes han traído una esperanza tangible: la disminución drástica de casos e incluso de defunciones a causa de covid-19 en Cajeme. 

Pero aún estamos lejos de cantar victoria.

Pronto veremos si la reapertura que inicia este miércoles provoca o no un rebrote de la pandemia que al parecer empezaba a superarse.