Para no darle muchas vueltas al asunto: las revelaciones que hagan Emilio Lozoya, ex director de Pemex, y el exgobernador de Chihuahua César Duarte pudieran infectar y afectar la sucesión política en Sonora, donde los más afectados serían los precandidatos Ernesto Gándara y Antonio Astiazarán, además de Manlio Fabio Beltrones quien aspira a imponer de nuevo a su candidato(a).
Si la sospecha chicocheísta del Presidente de la República de si “quén pompó reformita, quén pompó” resultara cierta, representaría un posible descarrilamiento a las aspiraciones de los precandidatos del PRI y PAN por apoyar la reforma energética.
Bajo sospecha también la gubernadora Claudia Pavlovich, quien avaló y defendió la reforma, como toda la clica priista que aprobó el Pacto por México.
En el verano del 2014, el priismo regional le quemó incienso a Beltrones, quien vino atestiguar el informe del diputado Faustino Félix, evento que aprovechó el exgobernador para presumir las reformar estructurales. El sello de ese entramado de intereses, que benefició a personajes del PRI-PAN, es el desprestigio, de ahí que la reaparición de Beltrones y llamar a su partido a no sumarse al “golpismo” de la derecha, se entendió como señal de pactar con el gobierno federal.
Ahora bien, debatir si fue correcto o no apoyar esa reforma del peñismo pasa a segundo término, cuando la duda es cuál fue la verdadera motivación del voto de los legisladores, sobre todo por los 10 millones de dólares que Odebretch aportó a la campaña priista.
El todavía Secretario de Seguridad Alfonso Durazo es quien sale mejor librado por ahora, ya que como diputado federal estuvo ausente en esa votación de diciembre del 2013, pero de seguro hubiera votado en contra, pues obtuvo la curul por la alianza de AMLO con MC.
¿Hubo o no sobornos para comprar voluntades de aquí o de allá? La duda se despejará cuando se conozca el contenido de las 18 horas de video que ofreció como “tablita de salvación” Emilio Lozoya, hoy un símil de Carlos Ahumada.
El principal reto de la Fiscalía será evidenciar de quién fue la “mano que meció la cuna”, pues nadie cree que Lozoya actuó por mutuo propio y es una oportunidad para el tabasqueño de despejar cualquier duda de pacto de impunidad con su antecesor.
Mientras tanto, quien se frota las manos es el empresario Ricardo Bours Castelo, pues en caso de ser damnificados, Gándara-Astiazarán se sumarían a su proyecto, lo cual lo pondría en un nivel competitivo en la búsqueda por la gubernatura de Sonora.
De cualquier forma, tanto el proyecto de Bours como de Durazo representan el ala más antibeltronista rumbo al 2021.
Y la pinza se cierra con el caso de César Duarte y la distribución de recursos federales para emplearlos en la campaña del PRI que entonces presidía el de Villa Juárez.
Malas noticias para los aliados y acólitos de Beltrones en el Gobierno del Estado.