Crónica de cabildo: Una lucha con tufo cacicquil
Aureliano Rincón
Miércoles 29 de Julio de 2020

A la memoria del locutor Ramón López Villarreal. Buen amigo y mejor conversador. 

Apenas hace unas semanas, desde la palapa del Distrito de Riego Yaqui, Miguel Anzaldo advertía que en la lucha por el agua no permitirían más oportunistas -“No queremos que vengan un político con una tarraya a agarrar votos”- y resulta que en el gobierno municipal se reviven los tiempos del pescador por excelencia de tal lucha, el hoy legislador Rogelio Díaz Brown.

Sabrá Dios con qué artilugio aunque se sospecha, el alcalde Sergio Pablo Mariscal Alvarado acaba de proponer al Cabildo “integrar el expediente técnico y se haga lo conducente para que a Cajeme se le reprogramen al menos los 107 millones de metros cúbicos que estaban disponibles concesionados en el Registro Nacional de Agua en el 2004”.

Lo que más sorprende es el voto unánime a favor, inclusive de regidores que cuestionaron la partidización del movimiento, como Rodrigo Bours, cuando se tiene registro que en 2014, el entonces alcalde Díaz Brown, “sacó de la chistera” el tema de restitución de derechos con la intención de “revivir” la lucha novillera, tras iniciar la operación del acueducto.

En esa sesión de Cabildo, por ahí merodeaba Tomás Rojo, quien confirmó lo que minutos antes se había leído en el pleno: que durante una consulta a la Tribu Yaqui, detectaron que para justificar el acueducto, en el Diario Oficial del 30 de mayo de 2013, “se oficializaba la reducción del volumen de agua al municipio de Cajeme”, de 105.54 a 48.63 millones de metros cúbicos.

Sin embargo, el entonces delegado de la Conagua, César Lagarda Lagarda, respondió con documentos que seguían vigentes los títulos otorgados en 1994,  es decir de 48.63 mm3 anuales, por lo que no había tal reducción como se afirmaba y ante ésto, el multicitado “Roger” y sus aliados “callaron como momias”. Sospechosamente el tema se esfumó de la agenda pública.

La controversia surgió en 2007, cuando la Conagua realizó un análisis del volumen concesionado al Oomapasc en el que apareció repetido el título. El mismo SPMA involuntariamente se balconeó: “Se debió regularizar esa disposición histórica en sus correspondientes disposiciones, que están avaladas por el Distrito de Riego y deben estar registradas en el Registro Nacional de Agua”.

Pero una cosa es, muy legítima y pertinente, que el órgano colegiado debata el impacto que tendría la obra del Ramal del Norte y/o acuaférico y otra que se aproveche la ocasión para intentar revivir una “bandera fantasma”, otra manipulación electorera pues, y hasta pareciera que en palacio sigue influyendo el diputado local y ahijado político de Manlio Fabio Beltrones. 

Y no se trata de la falsa disyuntiva que tanto propalan algunos novilleros, de si estás a favor en contra de Cajeme. En todo caso, se trata de evitar nuevamente divisiones estériles, que solo confrontan a las comunidades, mientras en las élites políticas-económicas pactan jugosos negocios, que hasta unen sus apellidos para que todo quede en familias de aquí y de allá.

El alcalde de Cajeme busca suplir la falta de aprobación de su desastrosa gestión con un “refrito”, bajo el supuesto de que la lucha por el agua genera simpatías. Es vergonzoso que un gobierno que se dice de Morena se preste a ser comparsa de intereses caciquiles. Qué no se supone que la 4T era separar el poder económico del político y no reducirse a un simple peón como autoridad?

Además, la patente del discurso novillero pertenece a grupos priistas y personajes anti 4T, quienes fácilmente en tiempos electorales pueden manipular a su favor y en contra de los morenistas la bandera que sacó del armario el alcalde y ondearon los regidores.

Los morenistas "cayeron redonditos" en un juego que no manejan y que el día de mañana puede ser usado para golpear a AMLO y la 4T . Al tiempo.

 

 

 
 

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