Tal vez en uno de estos días, el Presidente Andares Manuel López Obrador, a raíz de la pandemia, anuncie el nacimiento de una nueva empresa.
Esta podría ser una empresa donde se alquilen, se presten o se renten diputados y senadores. Los diputados senadores sirven para muchas cosas. Metafóricamente, entre otras cosas, algunos de ellos pueden servir como bisagras, cuando se ventilen asuntos, según se dice, en bien de la nación.
En cuanto a esto, se tiene que cuantificar el número de diputados y los números son fríos y las matemáticas son exactas, pero las conciencias suelen en ocasiones ser daltónicas, otras veces se tornan de un color turbio y a veces lo turbio puede parecerse al color del dinero.
De ahí que pueda surgir la empresa de un emprendedor, que grita y clama tal como si se estuviera en mercado de verduras y de un partido político a otro se grita:
Si a usted le falta un diputado nosotros lo tenemos.
Y es que el poder es el poder, se busca tenerlo a cualquier precio, a cualquier costo y en las cámaras legislativas la mayoría es una cosa preciada, lo sabe AMLO, lo saben todos aquellos que usufructúan el poder y si hay que violentar acuerdos para tenerla, no importa.
En este mercado se podrán ofertar legisladores sin origen partidista y lo que es mejor, sin afinidades ideológicas. Aunque también, con algunos veteranos miembros de algún parido político.
En el inventario de este mercado hay material que se pueda ofertar con el cual, quien o quienes necesiten sumar a algún o a algunos diputado, se hagan de ellos, por el tiempo que lo ocupen. Para lo que les puedan servir.
En el stock de quienes los ofertan, existen miembros de diversidad de colores: Hay de color azul cielo, del color naranja, de los del color de la bandera, de color de la tierra.
Ellos presumen tener hombres y mujeres que legislan bajo las banderas de ser unos de derecha, otros de izquierda, pero en el momento indicado tienen la cualidad de ser ambidiestros.
Los hay también aquellos clasificados bajo la estigmatización de ser conservadores y otros de ser liberales.
La mayor parte de ellos cuentan con amplia experiencia en el arte de la mutación y también tiene en su haber la experiencia de haber ocupado diversos puestos de elección popular, claro está con experiencia en diversidad de ideologías políticas, en las cuales muchos de ellos no han encontrado alguna que les embone, digamos en lo que se refiere a sus ambiciones.
Pero lo que si es cierto que todos ellos han discurseado y son doctos en los temas de: el ataque frontal a la corrupción.
Hay pues, diputados expertos y prestos para sumarse a alguna farsa, o formar parte de algún montaje, en fin, que hay maquillaje a granel para cambiar de cara.
Y la mariposa ofrecedora, por un rato vendía su piel a precio caro.
Quien tenga oídos que lo oiga.