Fusilar a los narcotraficantes, como propone la alcaldesa de Hermosillo Célida López, puede ser una propuesta para llamar la atención, mediática, pero carece de sentido porque la solución no radica en aplicar la pena de muerte a estos delincuentes, afirmó Abel Murrieta Gutiérrez.
El crecimiento del narcotráfico, su influencia y la violencia que genera se deben a que las instituciones no están haciendo su trabajo y no se aplica la ley de manera correcta, aseguró el exprocurador de Sonora.
Antes de optar por una medida radical como la pena de muerte debe lograrse que las instituciones encargadas de combatir al crimen organizado y aplicar la justicia funcionen correctamente, algo que no está ocurriendo en México, añadió.
"La propia alcaldesa de Hermosillo debe empezar por allí, haciendo que su policía municipal funcione cabalmente y no poner de pretexto que el problema es del ámbito estatal o nacional. La primera obligada es la policía municipal", subrayó.
Por otra parte, México tiene leyes para combatir y detener el crecimiento del narco pero estas leyes no se aplican de manera cabal.
"El día que las instituciones funcionen y las leyes se apliquen al pie de la letra disminuirán el narcotráfico y los graves problemas que genera a la sociedad", expresó.
Murrieta refirió que poner de ejemplo a los países asiáticos donde se ha erradicado al narcotráfico con la aplicación de la pena de muerte es una referencia ambigua, porque hay otros países que también lo han erradicado sin necesidad de fusilar a los delincuentes.
Citó los casos de países europeos como Suecia, Finlandia, Austria y otros donde la solidez de las instituciones y la aplicación estricta de la ley ha mantenido este problema bajo control. Este modelo sería el más adecuado para México.
Decir que los fusilen es una declaración para atraer simpatías y apoyos sin asumir ninguna responsabilidad.
Murrieta Gutiérrez advirtió además del peligro de aplicar la pena de muerte a personas inocentes, como ocurre actualmente con el castigo y encarcelamiento de sospechosos que no han cometido delitos y tiempo después los liberan con un "usted disculpe".
En cualquier caso, concluyó, las opciones deben analizarse, debatirse con profundo conocimiento del tema, y no lanzar propuestas nada más para llamar la atención.