Durante la lectura de su segundo informe de gobierno y en su intento de narrar resultados de fantasía en materia de seguridad pública, el alcalde de Cajeme dejó evidencia de su frivolidad y pérdida de brújula en este tema tan delicado.

"Cajeme es un municipio estigmatizado como unas de las zonas más violentas, inclusive aparecemos en la estadística mundial, dicha violencia encajonada en el tema de homicidios dolosos. Mientras que la totalidad de los índices delictivos restantes, que son directa competencia de la policía preventiva están a la baja".

Pero la fe de erratas a sus afirmaciones no tardó en llegar desde una mañanera en voz del propio secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo Montaño y para rematar su verborrea, la magistral portada de Tribuna del lunes del 21.

Para empezar habría que explicarle al maestro Mariscal que revise el concepto de estigma porque lo de la violencia criminal en Cajeme es más que eso. Es real y actual, ahí están los datos. El rotativo solo se lo recordó con nombres y fechas.

Mientras que el viernes 18, Alfonso Durazo presentó su informe en materia de seguridad del país y los estados, donde reveló que en el apartado de robo total, Sonora, incluye Cajeme, fue donde más aumentó este delito.

De acuerdo a las cifras, al comparar el periodo  enero-agosto de 2019 con el del 2020, el robo total se incrementó en 51.3 % en el estado. De ahí que suena poco creíble que van a la baja los delitos que competen a la Policía Preventiva.

El mismo Secretario Durazo se abochornó al presentar la lámina por los malos resultados en seguridad pública, a excepción del delito de extorsión, precisamente en el estado que aspira a gobernar.  

"Lo verde son los estados en donde ha bajado y solamente en dos entidades ha subido, no las voy a mencionar, voy a insistir nuevamente en dónde ha bajado…”, expuso el funcionario federal, mientras en la pantalla se veía el nombre de Sonora y Nuevo León en color rojo.

Pero más allá de las cifras que pueden tener múltiples enfoques e intepretaciones, está lo que se ofreció en el Plan Municipal de Desarrollo y frente a ese esperjo, el fracaso es igual de rotundo que otros trienios aunque se resistan a reconocerlo.

"Asumimos el compromiso de recuperar la confianza de los ciudadanos en la institución encargada de brindar seguridad..." (Pag.39).

Unas páginas más adelante del mismo documento, se lee en la Prospectiva Cajeme 2030:

"...hoy en día nuestro tema de comunicación principal atiende a la gravedad de nuestra situación de seguridad, hemos perdido la brújula e ignoramos nuestra historia, es momento de reconocer que todos los habitantes deseamos PAZ..." (pag. 57).

Y de ese deseo, lo único tangible es el premio de la Fennam, muy oneroso por cierto con regidores como parte de elenco, por un proyecto llamado Jornadas por la Paz, cuyos objetivos son rebasados por la delincuencia un día sí y otro también.

Por ello es que en la sesión donde se aprobó el contendido del segundo informe, la regidora Graciela Armenta le espetó al presidente municipal, que al eje rector 5, Cajeme Seguro, en paz y ordenado, se le debió poner "una mancha roja".