En la administración de Ricardo Robinson Bours Castelo, se llevaron a cabo  75 juntas de cabildo, en ellas  se trataron 328  puntos de acuerdo, sin embargo, en muchos de ellos que fueron  aprobados, estos no contaron con la aprobación  total del cabildo , es decir, ninguno acuerdo fue  aprobado por unanimidad.

Lo anterior pudiera considerarse un punto sin  importancia, pero sí la tiene y en ella  tuvo mucho que ver el papel de la regidora María del Carmen  Gutiérrez Gómez del Partido Acción Nacional, que desde la primera sesión de cabildo, cuando se propuso la  designación del Tesorero Municipal, jefe y sub jefe de la policía,  manifestó su rechazo y  hasta la última sesión  cuando se presentó, el tercer informe de  gobierno, tampoco estuvo de acuerdos con el.

También el regidor del  PAN, Marcelino  Pérez Arenas, interrumpió el primer informe del alcalde  Francisco Villanueva Castelo, cuando lo  interpeló  poniéndose de pie y así estuvo durante el tiempo que duró el informe portando en cada mano unas cartulinas con leyendas de protestas, por  la puesta en marcha del  llamado programa  SUBA: para el siguiente informe, Marcelino  Pérez Arenas tenía decenas de miradas  sobre su humanidad observándolo por si  se atrevía a realizar otro acto de  protesta.

La también  regidora del PAN, Cristina  Hernández de Elorduy, regidora en la administración de Carlos  Javier  Lamarque Cano, tuvo el desplante de abandonar  en pleno  protocolo de cambio de poderes  su asiento  correspondiente, e irse a sentar en medio del público que abarrotaba  el teatro del ITSON.

Todos ellos fueron líderes que contribuyeron  a su modo y a su manera para  que su  partido  obtuviera  logros y de alguna manera  han dejado huella en el Ayuntamiento de  Cajeme.

Tiempo atrás, en la administración de don Ángel López Gutiérrez, dentro del cuerpo de regidores se encontraba un combativo líder cetemista que tenía la experiencia de haber  formado parte  en tres cabildos anteriores, y  también es reconocido  como uno de los alcaldes  de Cajeme: Atanasio Aragón Gámez.

Atanasio Aragón dentro de su peregrinar como líder social, formó parte del  grupo  aquel que lo conformaban  entre otros  el  Machi López, el Buquí Contreras, Danzós Palomino, quienes abrazaban y de verdad  la entendían  y practicaban  la doctrina  social de izquierda.

Después de haber tomado  el  mando del municipio de  Cajeme, López Gutiérrez, al momento de celebrar la primera sesión de cabildo, como primer punto a tratar, propuso darse un incremento de sueldo para todo el cabildo, en relación al de la administración anterior de don Faustino Félix Serna. Sometido a votación los regidores Ricardo Topete Polín., Jorge Daniel Parada, Francisco Villanueva Castelo, Jesús Reyes Lamas, Manuel M. Bobadilla y Alfonso Pedroza, votaron a favor, Atanasio Aragón hizo uso de la palabra, con sus dotes de orador  y haciendo gala de sus conocimientos de política económica, señaló al alcalde López Gutiérrez  y a sus compañeros regidores, de estar solo pensando en el dinero. Terminó señalándolos como colaboradores  ideológicos de la burguesía.

Terminado su discurso, Atanasio Aragón abandona la sesión de cabildo y el punto tratado de aumento de sueldo, fue aprobado por mayoría.

Como colorario de este tema, se puede decir que en cada administración municipal, su presidente cuenta con un regidor que se convierte  en piedrita en su zapato. Casi nadie se escapa de tenerlo. Raúl Ayala tuvo a Javier Lamarque Cano, Jesús Félix Holguín a Humberto López Vega; con Rogelio Díaz Brown, puede decirse que hubo varios  piedras en su zapato, casi todo el bloque de regidores panistas, José Pedro Contreras Montoya, Mirna Araceli Coronel Castro, Omar Romero Márquez, Susana Aleyda Barra Salguero y Ana Lusa López  Félix, Habida cuenta de que el gobernador era  Guillermo Padres Elías y entre ellos  existía una línea de mando en que las órdenes se tenían que cumplir sin averiguaciones.

Con Faustino Félix Chávez, puede decirse que la piedrita  fue Joaquín Armendáriz Bojórquez.

La pesadilla de esta administración se llama Rosendo Arráyales. De él cuentan que es un hombre incisivo, terco, reiterativo en sus propuestas y los que lo conocen dicen que será así durante toda su vida, es decir durante sus vida física y vida política, Dicen también que Arráyales es de los antidiscipulo de AMLO, por aquello de no respetar el mandamiento de ser leal a ciegas.