Al concluir la ceremonia de honores póstumos para el policía Andrés Moroyoqui Estrella, asesinado el martes, uno de sus compañeros reclama por la ineficiencia de los altos mandos y las condiciones como trabaja la tropa.

"No es posible que nos den un arma con 15 tiros nada más, que se tomen fotos como protocolo y a la hora que los necesitamos para un evento no están", señala el policía Carlos Carrillo.

"Estamos en contra de lo que está pasando porque uno también tiene miedo, nosostros también tenemos familias", reconoce.

Ante los regidores Víctor Ibarra y Graciela Armenta, expresa su frustración:

"No es política, pero en esta administración han muerto siete policías y las autoridades nos dicen que sólo tres han muerto en ataque directo".

Cada vez que matan a un compañero es el mismo discurso, afirma, y "el otro día (en los honores del policía asesinado antes que éste) cuántas vueltas dieron los compañeros alrededor del féretro en espera de que llegara el presidente municipal, ¿no es una falta de respeto?".

"Completamente", responde el regidor Ibarra.

No es por hacer política, reitera el policía Carrillo, pero que esto sirva para que nos escuchen, para que haya un acercamiento y no tomen decisiones sin nosotros.

Critica la última de las decisiones, imponerles jornadas de 12 horas, y el regidor Ibarra lo secunda al comentar que eso es incorrecto porque la misma Ley Federal del Trabajo lo prohibe.

Reprocha la actuación del secretario Cano Castro, "cuando se oyen detonaciones nos dice voy al lugar, pero allí están los videos, en ninguno aparece".

Ibarra y Armenta asienten con él sobre la necesidad de hacer cambios en la corporación, pero Ibarra cae en un error al afirmar que los policías rasos ganan ocho mil pesos.

"Ganan seis mil, menos de lo que se gana en una maquiladora", locorrige el oficial Carrillo.