Entre algunos actores políticos de la autollamada 4T existe teléfono descompuesto en el delicado tema de seguridad pública y sus resultados: cada quien va por su lado con sus datos y afirmaciones sin sustento. Es de necios querer tapar el río de sangre con saliva.
En la entrevista con Luis Alberto Medina (Proyecto Puente), Alfonso Durazo Montaño tomó distancia y repartió parejo al Gobierno del Estado y los muncipios:
"El gobierno federal hizo un esfuerzo sin precedentes por mejorar las condiciones de seguridad", pero "en el caso de Sonora, en el caso de la Policía Estatal y Municipales tienen alto grado de corrupción y consecuentemente no pueden interactuar óptimamente con la Guardia Nacional".
Y reprochó a las autoridades delEstado y municipios que "la atención del tema de seguridad es indelegable" y por lo tanto deberían actuar como lo hace el Presidente Andrés Manuel López Obrador:
"Tiene que asumirla el titular del Ejecutivo (estatal) y las y los presidentes municipales, no pueden delegarlo absolutamente. El porcentaje de participación de los titulares es francamente bajo en el estado de Sonora, la voy a dejar de ese tamaño".
Luego le dio otro repaso a la gobernadora Claudia Pavlovicha, al señalar que en la mesas de seguridad, la magdalenense "no está entre los asistentes frecuentes, pero el presidente (Andrés Manuel López Obrador) solo ha faltado una vez a la sesión de gabinete".
Sin embargo, los dichos del ex secretario de Seguridad Pública contrastan con los dichos de su jefe político tabasqueño, cuando en su gira por Sonora en octubre, afirmó que "Claudia Pavlovich es extraordinaria como gobernadora, nos hemos entendido muy bien juntos".
Qué dato aporta a su favor el de Bavispe: que durante su periodo se incrementó de 200 a 2 mil 690 el número de efectivos federales en Sonora y la construcción de 2 cuarteles de la Guardia Nacional. Sin embargo, los delitos de alto impacto también crecieron.
Y para rematar, las declaraciones del alcalde Sergio Pablo Mariscal Alvarado, en un video donde afirma sin argumentos y mucho menos sustento, no queda más que concluir que el alcalde vive en una burbuja o en una nube viajer:
"Hemos dado el extra para darle resultados claros a la ciudadanía. Desde septiembre de 2018 los índices delictivos se mantienen a la baja, sobre todo a los delitos patrimoniales y también de alto impacto. Estos son datos duros". Y por qué no los aporta?
La presunción del Alcalde de Cajeme contrasta con lo dicho por Durazo de que "el porcentaje de participación de los titulares (alcaldes) es francamente bajo en el estado de Sonora". Ante estas palabras del exsecretario federal de Seguridad, es impensable que Mariscal sea de los que cumplen con su responsabilidad, aunque en campaña prometió estar diriamente a las 7 de la mañana en el edificio de Jalisco y 300.
Pero donde sí se "pasó de raya" Mariscal Alvardo es cuando aborda el desaseado relevo en Seguridad Pública en 2019, pero que a final operó para sostener a Francisco Cano Castro, pese al evidente fracaso en el tema:
"Tuvimos una situación especial y se tomaron las deciones al más alto nivel en agosto de 2019, cuando el gabinete de seguridad pública nacional se reunió en Guaymas. A partir de las estrategias que se derivaron de este encuentro, se generó un mayor descenso de los indicadores delictivos del municipio".
De manera involuntaria Durazo Montaño "le quitó el tapete" a Mariscal Alvarado, al tratar de explicar las causas que dinamitaron la estrategia de colocar militares en varios municipios de Sonora, en lo local al coronel Jorge Manuel Solís Casanova.
"En Cajeme fue un coronel activo, no tuvo condiciones para nombrar a personal de su confianza y terminó retirándose, obviamente tuvo ofrecimientos de dinero, de casas, de carros y, entrecomillas, de viejas. Lo que se te ofrezca, o sea, tu boca es la medida".
La descoordinación en la narrativa Amlo-Durazo- Mariscal solo genera zozobra entre la población porque está plagada de inconsistencias que no convencen y que ponen en entredicho darle a la marca nuevamente el beneficio de la duda para el 2021.