Analicemos de nuevo el problema de los esteroides anabólicos.
Le digo al amigo Agustín Román, radicado en Boston, sobre el caso de Alex Rodríguez y lo que sucede en esta penosa y desafortunada situación prevaleciente en la Gran Carpa como un hecho negativo que da mal ejemplo a niños y jóvenes, especialmente.
Sí, a toda esa nueva generación de pequeños gigantes de la pelota infantil que con desilusión y quizá con tristeza el comportamiento tras “bambalinas” de quienes han sido sus ídolos.
En general, le señalo que ya maduré esta situación.
Le comento que en todos los tiempos y deportes desafortunadamente esta práctica ha sido común, utilizándose una diversidad de sustancias, drogas, medicamentos, etc., de acuerdo a cada época.
Y no sólo en el béisbol.
Una anécdota como referencia sencilla, pero real: Una vez en un hotel de Veracruz, al estar haciendo una entrevista en una habitación, de pronto entró un pelotero muy campante trayendo en su boca ¡tres cigarros de mariguana!
Y como esa, otras, ya sabe.
Bombarderos de la Calle Blake
Le señalo al vástago del inolvidable Ramón “Manito” Román (gran lanzador hermosillense de la Liga de la Costa del Pacífico (45-58) que en el caso de los esteroides anabólicos, caray, estamos hablando de palabras mayores.
Sobre esta temática, el doctor Vicente Arturo Carranza Fernández, “Mi Sangre” y especialista en medicina deportiva, qué no habla sobre como esas sustancias dan una fuerza-rendimiento muscular extraordinaria, más allá de lo imaginado.
Ya comenté cómo Luis González y Brady Anderson, de la noche a la mañana sorprendieron a todo mundo pegando en una temporada 57 y 50 jonrones respectivamente cuando nunca antes ni después volvieron a acercarse a esas cifras.... lo que quiere decir, amigos, seguramente “se metieron todo lo que pudieron” porque pues cuál otra explicación.
Esto me recuerda a 1995 cuando los famosos “Bombarderos de la Calle Blake”, hablando d elos Rockies de Colorado, con Dante Bichette, Vinicio Castilla, Larry Walker, Ellis Burks y Andrés Galárraga pegando cada uno 40 o más jonrones por temporada.
Y que conste: no sólo pegaban cuadrangulares en el Coors Field.
¿Había en esos días algún médico suministrando dentro o fuera de los vestidores algún medicamento/sustancia que aumentó su fuerza y rendimiento?
No me hagas dudar, hermano.
Cierto es, no comas ansias, ahí está la lista de los todavía no “revelados” que también utilizaron ese tipo de sustancias, antes del 2003 tomadas o inyectadas…”dos o tres veces al mes”, diría reciente con toda tranquilidad A-Rod.
Popeyes modernos
Tan sólo recordar a los McGwire y Canseco, que se volvieron verdaderos “popeyes” modernos, carajo, ¡clase de musculatura mostraban en sus mejores días!, algo inaudito.
Y qué decir de la fuerza, velocidad y efectividad del Clemens idolazo… o Barry Bonds, quien de haberlo traído la cigüeña con el cuerpo de Agustín Lara de repente se nos transformó en un Charles Atlas (qué moderno).
Pero como “esto no se acaba hasta que se acaba”, ahora tenemos encima dos casos que han dado la vuelta al mundo: Alex Rodríguez y el mentirosillo de Miguel Tejada, ¡qué vergüenza!
Imagínese, “El Pelotero Más Completo” de la actualidad en Ligas Mayores poniendo de cabeza al béisbol al aceptar que “utilizó esteroides porque “era un jovencito inexperto que no sabía lo que quería…” ¡por favor!
La verdad, no se vale.
A Bonds, a Alex, a Tejada, McGwire, Palmeiro, Canseco, pienso que deben quitarle sus récords de jonrones, la especialidad de casa en el béisbol, lo que da muchos pero muchos dólares a la chequera, además de fama, amores y todo lo que usted quiera.
¿Qué utilizaron sustancias antes de que fueran ilegales?: Qué suave.
¿Y los demás?
¿Mmmmm, corchos en los bat, mi querido Sammy?
Vil engaño
La verdad mi querido Watson, estos amigazos engañaron al beisbol, a la afición, a sus compañeros de equipo, mánagers, gerentes; a las estadísticas y por supuesto que así mismo.
No hay tela para la araña.
Incluso, a la prensa especializada que fomentamos su idolatría (vanidad/ egocentría) con nuestro trabajo diario en la mass media, ensalzando lo grandioso que eran.
Un vil engaño que les hizo amasar fortuna consiguiendo exitosos contrato$ más allá de lo que realmente no valían, toda vez sus estadísticas no eran producto de un cuerpo, mente y facultades naturales.
Qué lástima.
Ya vemos hoy cómo A-Rod, ¡A-Rod!, amigos, cayó de a feo del pedestal aunque ande con la carita bonita de I am sorry.
Ahora se le perdona, incluso Ligas Mayores, claro, por haber aceptado "su error" de joven (mira nada más), pero ¿qué tal esos tres años pegando decenas de jonrones y ganando todo el dinero y fama del mundo a base de esteroides anabólicos?
Por supuesto que nada está aún escrito en cuanto a quitarles sus notables récords, hazañas, quizá porque aún hay más en el tendero.
Mundo de complicidades
Y es que vea ese mundo de complicidades (¿primos inyectadores, eh, Alex?), fabricantes/industria farmacéutica, médicos “facilitadores”, propietarios/dirigentes y toda esa vorágine mercantil dando pingues ganancias ante las altísimas cifras jonroniles en cualquier parque ligamayorista lleno hasta el tope admirados por la fiesta del cuadrangular.
Quizá, por ello, el gran Comisionado de Ligas Mayores con todo y que ya lo dijo, no se decide a desaparecer de golpe y porrazo las marcas de todos los involucrados, que nada de astericos que siembran dudas y no pasa nada, yo no fui, fue teté, pégale que éste fue”.
Conclusión, amigo lector:
Para mi, me parece, ese debe ser el castigo a los disfrutaron la gran fiesta de la Era Esteroides: quitarles sus récords personales y verá que todos contentos, a empezar de nuevo.
Un colega especialista de la Gran Carpa dijo: “borrón y cuenta nueva”. Sí, pero de esa manera. Y que quienes engañaron, que aguanten, que van dos outs como diría mi general brigadier Juan Guzmán García.
Es mi opinión, no sé la de usted.
|