La uña (cuento corto)
También es cuerno la uña. Frase tomada del cuento La uña. De Max Aub.
El cementerio está cerca. La uña del meñique derecho de Pedro Pérez, enterrado ayer, empezó a crecer tan pronto como colocaron la losa.
Como el féretro era de mala calidad (pidieron el ataúd más barato) la garfa no tuvo dificultad para despuntar deslizándose hacía la pared de la casa. Allí serpenteó hasta la ventana del dormitorio, se metió entre el montante y la peana, resbaló por el suelo escondiéndose tras la cómoda hasta el recodo de la pared para seguir tras la mesilla de noche y subir por la orilla del cabecero de la cama.
Casi de un salto atravesó la garganta de Lucía, que ni ¡ay! Dijo, para tirarse hacia la de Miguel, traspasándola.
Fue lo menos que pudo hacer el difunto: también es cuerno la uña. Max Aub (Poeta y escritor español nacionalizado mexicano. París 1903-Cd. de México, 1972).
La infidelidad de los políticos hacía las ideologías de los partidos en donde militan y que están plasmadas en los estatutos, se han hecho evidente en las últimas tres décadas. Infidelidades que rebasa “en incidencia”, en relación con las uniones matrimoniales (bien valga la comparación) y, que a veces se dan a la par. Pues cambian de partido, sin el menor recato (de partido político… también).
Una anécdota verídica que sirva como un simple ejemplo:
Un buen amigo que hacía “sus pininos” en la política, invitó a una reunión informal a sus amigos más cercanos, en su casa; compadres casi todos.
Al calor de las copas, uno de los asistentes le pregunta: Oye compadre – le dice abiertamente y en voz alta- ¿Cómo te ha ido en la política? ¿Ya tienes amante? Por supuesto que el anfitrión es buen y fiel esposo; y buen amigo. Todos nos carcajeamos de la ocurrencia. No se rían – continuo el “imprudente” preguntón- es muy frecuente que ciertos políticos al estar en el poder, les da por ese lado. Bueno, algunos por otro lado – proseguía el cuestionador amigo- acuérdense de aquel diputado Pancho Cachondo, y ahora el famoso Salgado Macedonio, entre otras “joyitas” más que pululan en la selva de la politiquería. Bueno son imputaciones, que les hacen los ciudadanos a los políticos; creo yo – concluyó el indiscreto- o sin el “IM” (“putaciones”).
Como dicen en un pueblito de la sierra, cerca de donde nada más nací (en Sahuaripa): ¡pucchiii como nos rímos casi nos miamos de la risa todos, uta que bárbaro! Por las ocurrencias, como ya saben quién.
Pero ya “en serio” y serenos, en el tema de la política ahora que es temporada electorera, a pesar de la pandemia por COVID19, las deserciones o desbandadas e infidelidades de los militantes de los partidos, se han presentado en oleadas recurrentes, semejante a esta enfermedad, que, la de los militantes no se llama brote; son trotes y brincos de partido en partido.
Lo increíble es que en cada “Instituto Político” a donde arriban, defienden la doctrina política de éste. Doctrina a la que antes vehementemente criticaban. Sacan las garfas (uñas curveadas, garras), no solo para desgarrarse sus mismas vestiduras, sino también para irse al cuello de sus contrincantes políticos, que, por cierto, antes fielmente “comulgaban” juntos agarraditos de la mano, en algunas manifestaciones o mítines.
Con las famosas alianzas: Una, las que tiene el actual partido gobiernista; y otra, la alianza opositora, que más bien son coaliciones, se corre el riego que las uñas empiecen a crecer y al final del proceso electoral se desgarren entre ellos; o más bien, aunque quieran ocultarlo, ésto ya está sucediendo en todos los partidos. Pretensos a candidatos en ambas alianzas, hay hasta para tirar para arriba; en algunos lugares hay excesos de precandidatos. Por ejemplo, en Cajeme, Son. se han apuntado o pretenden inscribirse para competir por la alcaldía 19 precandidatos de un mismo partido o en las mismas alianzas, sobre todo en MoReNA y no se diga en la otra alianza, principalmente para las diputaciones locales o regidurías. Esto va convertirse en un aquelarre, en un conciliábulo en donde al decidir por tal o cual candidato, dejará a muchos – militantes de los diferentes partidos, “heridos”. Sobre todo, si se escogen a políticos reciclados, aunque ahora anden en otros partidos diferente a su origen primigenio. Pero también al interior de los mismos partidos se observará estos exabruptos.
Con las garras filosas empezaran hacerse daños entre ellos.
De las candidaturas a gobernador para Sonora, escollo ya resuelto, los tres candidatos son “oriundos” del mismo partido político. Tal parece que las negociaciones, cuando menos en la Alianza Va por Sonora, no generó tanto problema. Las otras dos candidaturas: una, la del partido ahora gobiernista y sus aliados, el “volado estaba echado” o al del volado ¿lo echaron de la Cd. de México para Sonora, incomodaría su fracaso en la encomienda nacional, respecto a la seguridad? Sólo es pregunta. Tal vez sólo se cuelgue de la, hasta ahora, popularidad del presidente, más no de su nuevo partido. A eso le apuesta.
La otra candidatura por el PMC (Partido Movimiento Ciudadano), designada impositivamente a un nuevo miembro, pregonan que molestó a otra persona arribista que, por cierto, infiel al PAN, que creyó que ahora si se le otorgarían la candidatura (por MC), que no pudo conseguir años atrás en el PAN. Pero NO, se la dieron a otro infiel, pero infiel al PRI. Y esa persona cometió otra nueva infidelidad; ahora tiene “nuevo amasiato” con MoReNa.
MC, ésta vez “no concertó” alianzas por dos posibles razones: O, porque tiene un pacto de facto con alguna de las dos alianzas, aparentando ciertas confrontaciones con la que probable se apegue más (con MoReNa). La segunda es, aparentar que van solos a la contienda y que eso le redituaría credibilidad para el proceso electoral del 2024. ¿Quién sabe?
Lo que posiblemente si se observará, con tantas candidaturas dentro o no de las alianzas (o coaliciones), antes y después de las elecciones, es que muchos de los personajes de la grilla estatal y nacional se estarán, “sigilosamente”, afilando las uñas, serpenteando dentro y fuera de los partidos, para que en caso de no ser favorecidos clavarlas. No buscaran quizás, quien se la hizo, sino quien se las pagaran. Y en los partidos en donde sus candidatos no sean triunfadores, sufrirán otra oleada de desbandada.
“También es cuerno la uña y la infidelidad tarde o temprano se paga”.
Aguas con las garras de políticos…me refiero a las uñas.
Raulhcampag@hotmail.com @DrRHCampa1