No fue solo la pandemia lo que impidió realizar los grandes desfiles y concentraciones de trabajadores organzadas por sindicatos y gobiernos el 1° de Mayo.
Hay un factor más persistente, que llegó antes de la pandemia y probablemente permanecerá cuando esta enfermedad disminuya y esté bajo control.
Ese factor es la precariedad laboral cada vez más pronunciada en la que viven millones de personas en el mundo que trabajan para las grandes plataformas digitales de servicios de taxi, como Uber y Didi, y de entrega de comida a domicilio.
Hasta inicios del 2020, estas empresas habían tenido un alza en la demanda en nuestro país. Sin embargo, debido a la pandemia derivada de la COVID-19, las mismas han presentado un despunte mayor, lo que se puede reflejar en el aumento del número de repartidores: Según el director general de Rappi en México, Alejandro Solís, el año pasado se registró un aumento en el número de repartidores registrados; al inicio de 2020 eran 30 mil y ahora son alrededor de 50 mil.
Como sea, este aumento en el número de repartidores y choferes conlleva también la búsqueda de estabilidad por parte de los mismos pues, al día de hoy, con base en una nota de La Jornada, el promedio del salario que obtienen al trabajar diez horas al día, es de 300 pesos. Además, no firman contrato alguno, no cuentan con prestaciones ni seguridad social, la empresa no se hace responsable en caso de que sufran algún accidente y, debido a la situación de violencia que vivimos actualmente, muchos de ellos llegan a ser víctimas de robos e incluso acoso y abuso sexual en el caso de las mujeres.
En ese sentido, es importante recordar que los repartidores y choferes de aplicaciones como Uber, Uber Eats, Rappi, Didi, Didi Food y demás empresas relacionadas, se han manifestado en muchos puntos del país reclamando los derechos mencionados anteriormente.
En marzo de este año, México cumplió un año de haber tomado las medidas restrictivas y de confinamiento, lo que mandó a gran parte de la población a sus hogares y, al mismo tiempo, esto derivó en que millones de familias mexicanas se vieran perjudicadas económicamente al no poder salir a trabajar diariamente para subsistir. Un año de confinamiento y, sin embargo, estas empresas siguen beneficiándose diariamente a costa del abuso laboral que ejercen sobre sus trabajadores.
Esto les permitirá a repartidores, choferes, mensajeros y demás perfiles dentro de estas plataformas digitales, formar una voz colectiva fuerte en el reclamo de sus derechos y su seguridad íntegra a la hora de laborar. Contar con un sindicato significa un respaldo en caso de vivir algún tipo de violencia laboral.
Con información de:
Miranda Cid Nieto / https://www.ladobe.com.mx