NAMAKASIA
Aunque no todos los ciudadanos reflexionen en los cambios que han tenido las campañas políticas, al margen de que haya influido en ellos la pandemia, es evidente que los partidos han gastado menos ahora.
Con gusto comprobamos que ya no se contamina el paisaje urbano con propaganda pintada en los muros o pegada, si está en papel o cartón, en los postes; tampoco se cuelgan ya los escandalosos estandartes a lo largo de bulevares y calles muy transitadas, ni andan brigadas de muchachos pegando publicidad en las puertas de las residencias particulares o arrojando volantes en garajes y patios.
Confieso que no he tenido el cuidado de ver si los camiones urbanos llevan publicidad en la parte posterior; si la suprimieron, qué bueno.
Todo esto no sólo implica la posibilidad de mantener más limpias las banquetas y el barrio y cada ciudad en general; significa además que los partidos gastan menos. Y gastan menos también en desplegados “de adhesión” a candidatos en los medios impresos y tengo la impresión de que se gasta menos, igualmente, en spots de radio y de televisión. Es el lógico resultado de haber acortado los tiempos de campaña.
¿Adónde llevan estas observaciones? A concluir que si gastan menos, es tiempo de reformar las leyes en la materia y rebajar el monto de las prerrogativas que se entregan a los partidos y que en buena medida van a dar a los bolsillos de los dirigentes.
Y conste que no he mencionado otros rubros que han permanecido al margen de las estrategias propagandísticas, como las comilonas populares, las serenatas de mariachis y otros gastos de relumbrón.
NARRO, SOÑADOR Y EX PRESIDENTE DEL PRI
Que yo sepa –he leído su currículo médico--, el doctor José Ramón Narro Robles no es especialista en pandemias, más bien lo es en cargos burocráticos bien remunerados. Pese a ello, y a estas alturas de la lucha contra el Covid, se permite opinar que la campaña contra este enemigo terrible ha sido mal llevada por las autoridades.
Al poner a circular esa opinión no fundamentada, no habla como médico sino como priista de alto nivel o como protagonista del sueño, no concluido, de llegar a ser Presidente de la República.
Dicha opinión negativa la externaron muchos priistas y panistas con la intención inocultable de dañar el prestigio de la administración AMLO. Y como la crítica ha aflojado, Narro la retoma porque ha de considerar que será más eficaz en época electoral.
Recuerdo haber oído que cuando se soñó candidato a la Presidencia, acuñó algunos “slogans” para la chusma, entre los cuales mi preferido era: “Con tos o con catarro/mi voto para Narro”.
carlosomoncada@gmail.com