Namakasia
No siempre coinciden los dos acontecimientos, porque el periodo que uno cubre es de seis años, y el otro, de cuatro. Pero en esta ocasión por una diferencia de sólo dieciséis días tendremos gobernador electo de Sonora y la toma de posesión de la Rectora de la Universidad de Sonora.
No se trata ´sólo de una curiosidad, sino de una afortunada coincidencia porque conviene a los sonorenses, y especialmente a los universitarios, que gobernador y rectora trabajen de acuerdo en el fortalecimiento de la Casa de Estudios. El tradicional cabildeo de la autoridad universitaria en los corredores del Congreso es necesario, porque allí se aprueban los presupuestos, pero pueden ser menos penosos y más eficaces si desde el principio se establecen buenas relaciones y se determinan objetivos similares. Porque también los nuevos diputados iniciarán su gestión a la par que la titular de la Universidad.
Las coincidencias tal vez se multiplicarán si el elegido resulta ser Alfonso Durazo porque se estrenarán en el palacio de gobierno estilos diferentes a los usuales; al mismo tiempo, que la primera mujer asuma la responsabilidad de conducir la enseñanza universitaria mueve a considerar que habrá también enfoques distintos. Es bueno subrayar que la Rectora Rita Plancarte Martínez no sólo es la primera mujer que llega al cargo máximo sino la primera humanista que lo sustentará, después de numerosos químicos.
La época es singularmente difícil. Para recuperar el tiempo perdido por causa de la pandemia el esfuerzo de universitarios y gobernantes ha de ser uniforme y parejo, elevado en propósitos y permanente. Que las coincidencias, pues, sean para bien de los sonorenses de hoy y del futuro.
Agarrémonos de la ley
Nunca en la historia de Sonora habíamos resentido violencia homicida en las campañas electorales. Y ha habido manifestaciones masivas con víctimas, aunque no numerosas ni provocadas por criminales profesionales.
Para que no continúe en las semanas que siguen, o al menos para que se reduzca, sugiero que si hay inconformidades con los resultados electorales, nos agarremos con toda la fuerza de la convicción a la Ley. Que los frustrados no se encaramen al kiosco tratando de exacerbar el ánimo popular para chantajear a las autoridades, sino que hagan uso de los recursos que les ofrecen las normas.
Contamos con tribunales electorales tanto locales como federales, y una Fiscalía especializada en delitos y faltas electorales. Confiar en esos órganos y respetar sus resoluciones contribuirá a mantener la paz social.
Por otra parte, hay que admitir que las Redes Sociales han cobrado una notable influencia y que prácticamente desde el anonimato, hay individuos hábiles que saben encender el recelo y el enojo. No se les puede impedir que se expresen pero sí recomendar que no se les dé crédito. Ojalá que actúen con buena voluntad y deseos de orientar con sensatez.