Con sensibles bajas en su cuerpo de lanzadores, México regresa al Clásico Mundial de Beisbol apostando a la ventaja de jugar como local en la primera ronda del torneo.
En el 2006, México jugó a domicilio y junto con Estados Unidos sorteó la primera ronda, dejando fuera a Canadá y Sudáfrica. Luego sorprendió a Estados Unidos en la segunda ronda, pero derrotas ante Corea del Sur y Japón sellaron su eliminación.
Ahora, los aztecas buscarán por lo menos igualar esa actuación, pero para ello deberán sobreponerse a ausencias importantes como las de los lanzadores Yovani Gallardo (Milwaukee), Alfredo Aceves (Yanquis), Óscar Villarreal (Kansas City), Jorge de la Rosa (Colorado) y Eddie Guardado (Texas). Todos optaron por permanecer en los campos de entrenamientos de sus clubes en lugar de ponerse el uniforme de México.
"Uno tiene que entender a los peloteros, muchos estaban de acuerdo en ir, pero sienten que se les va la oportunidad de jugar en Grandes Ligas y toman sus decisiones... es su vida, es su trabajo, el país es importante, pero para ellos su trabajo es primero y es respetable la decisión", dijo Roberto Mansur, integrante de la comisión mexicana de selecciones nacionales.
México recibirá la primera fase en el Foro Sol de la capital mexicana, donde conforman el Grupo B con Australia, Sudáfrica y el actual subcampeón Cuba.
"Que no vayan Gallardo y Aceves es un golpe duro, eso no se puede negar, pero todavía tenemos a Joakim Soria y a Oliver Pérez, tenemos un buen cuerpo de pitchers aunque no podemos negar que son dos bajas que pesan", agregó Mansur.
El zurdo Pérez será la ficha principal en la rotación abridora, mientras que Soria se encargará del puesto de cerrador.
Pérez, a diferencia de la edición anterior cuando llegó cobijado entre otros lanzadores más experimentados como Esteban Loaiza y Rodrigo López, se perfila como la estrella del equipo luego de una buena campaña con los Mets de Nueva York, equipo que le renovó el contrato por tres temporadas y 36 millones de dólares.
En 2006, Pérez apenas lanzó cuatro entradas en el torneo.
Jorge Cantú (Florida) y Adrián González (San Diego) se perfilan como las piezas clave en la artillería de un roster que ahora será dirigido por Vinicio Castilla.
"Trataré de darle al equipo todos los elementos necesarios para tener éxito en el Clásico Mundial, tenemos gran pitcheo, buena ofensiva y un plan de juego agresivo", dijo Castilla.
En 2006, Cantú fue el segundo mejor bateador mexicano con un .333 de promedio, dos cuadrangulares y ocho producidas. González, quien entonces tenía 23 años, ahora surgió como un toletero de peligro en las mayores, tras batear 36 jonrones y remolcar 119 carreras la temporada pasada con San Diego.
Cantú también viene de una buena campaña con los Marlines, en la que conectó .277 con 29 cuadrangulares y 95 impulsadas.
El infielder Alfredo Amézaga, un valioso jugador de los Marlines de Florida, estaba en duda por una dolencia en la rodilla derecha.
México también apeló a algunos jugadores nacidos en Estados Unidos con sangre mexicana, como Jerry y Scott Hairston, e incluso intentó reclutar sin éxito a otros de descendencia mexicana como Evan Longoria.
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