La argamasa de los partidos. Sus consecuencias.
Raúl Héctor Campa García
Lunes 10 de Enero de 2022

Yo no soy un político... Sólo sufro las consecuencias.

Peter Tosh. Músico de reggae jamaiquino (Jamaica 1944-1987)

La argamasa, es una mezcla de materiales para la construcción, a base de cal, cemento, arena y agua, para pegar ladrillos y cubrir paredes. Transpolando la definición, con cierta “analogía” por la mezcolanza que existen actualmente (desde antes del 2000), en la conformación de los partidos, con ex militancia de diversos partidos, usada como “argamasa intercambiable” entre las diversas instituciones políticas del país. Donde hay militancia de diversos componentes: “de dulce, de chile y de manteca” … a veces rancia.

Ninguno de los Partidos se ha librado de utilizar en su estructura, esa “sui géneris” militancia chapulinezcas. Militancia cirqueras, que, en la mayoría, por no decir que todos, buscan (lo he reiterado) sus intereses personales o de grupos, al emigrar de tal o cual partido, en busca de anhelados huesos que roer; aunque sea cada sexenio o trienio.

En el pecado los partidos llevan la penitencia, por esas andanadas de “inmigrantes” electoreros o “militantes genéricos intercambiable”, que son los mismos, pero con diferente envoltura; y no salen baratos como los genéricos de don Simi, y venden caro su nuevo amor aventurero, porque a la mayoría de estos brincolines les gusta conjugar “el verbo agandallar”, en sus diversas incursiones de partido en partido, ante las miradas contemplativas de los militantes “originales”. Estos últimos sufren las consecuencias; por no poder roer el hueso que tal vez les correspondía; solo se les cae la baba al ver a otros chupar la poca carnita que anhelaban. Algunos pueden ser seducidos por el fenómeno del trasfuguismo… a ver si algo les toca.

Esta argamasa política, en los tiempos modernos desde 1988 a la fecha se ha incrementado. En esa época, la conformación del ahora agonizante PRD, se construyó (hablando en términos de albañilería, sin agra a algunos vociferantes saltarines y perdón a tan noble oficio), con la mezcla de la izquierda o del PC (Partido Comunista) y la corriente democrática al Interior del PRI, sin faltar algunas rémoras aliancistas como los de PT (Partido del Trabajo) y posteriormente el mercenario PV (Partido Verde) y otros, vendiendo su amor, como la aventurera, al mejor postor. Después en el 2000, el efecto FOX con la retórica de un cambio de régimen y sacar al buey de la barranca (al PRI), generó una esperanza; al llegar a la presidencia bajo las siglas del PAN. Pero dejó la sensación en la ciudadanía sin partido, de un cambio fallido, porque el PRIismo nunca se fue, se infiltró en sus filas con muchos trásfugas; que planearon su regreso.

Ni en el siguiente sexenio de Calderón, se extinguieron los priistas, que tanto se les criticaba (¡pobrecitos!), por corruptos. Al PAN emigraron infinidad de esos saltimbanquis “Power Hunter”; cuando este partido estaba en el poder.

Tampoco pasó nada, en términos generales; como en el cuento más corto de la literatura: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. (Augusto Monterroso).

El 2012, el somnoliento dinosaurio se despertó, medio “aPeñaejado” y ha seguido estando. Sin faltar los partiditos, rémoras, de esos que como a los bebés lactantes, se les cambian de pañales, porque en cada sexenio y trienio, se evacúan, se embarran y embarran a los partidos “grandes”, a los que se adhieren en busca de migajas o un platito de lentejas y dar una succionadita a la ubre política, tan desprestigiada. No pasó nada, porque esos políticos seguían siendo los mismos. Y la ciudadanía más desilusionada de los políticos y sus partidos.

La terca perseverancia de llegar al poder de Ya Saben Quién, que también ha incursionado en el trapecio cirquero de tres pistas, y afilando su colmillo político, que le fue madurando a través del tiempo, tendió una gran red en el 2014, cual tarraya de pescador y no de almas, sino de peces políticos que sintieron quedarse fuera del lago presupuestal, donde felices nadaban de muertito, pero empezaron a boquear al sentir la sed de “oxigeno” (como Infectados gravemente por la actual enfermedad COVID), o sea, presintieron que perderían las canonjías que tenían al estar en los Partidos donde militaban anteriormente; fueron atrapados por el tarrayazo que dio el líder del Movimiento de Regeneración Nacional (MoReNa), poco antes de las elecciones del 2018. En esa gran red, cayeron políticos variopintos, desde el rojo subido, a rojizo desgastado; azules desgarrados porque les empezó a estorbar la azulada camiseta; los amarillos, que ya estaban cambiando a un color terroso pre-mortem y otros con colores de pintura de baja calidad (chafa pues. Partiditos, rémoras sexenales).

Aun boqueando, como peces fuera del agua, muchos de los atrapados en la red, fueron de los más acérrimos críticos del principal Pescador de esas almas en penas que pululaban de partido en partido, como zombies carroñeros. Al caer en los brazos del hacedor de milagros, los redimió de sus pecados capitales y los llamó a su rebaño, convirtiéndolos en blancas palomitas resucitadas, por el hálito salvador del mesías. Olvidando sus ofensas pasadas, como buen redentor. Esos corruptos de antaño, están ahora en el redil del pastor.

No solamente despertó un dinosaurio, sino muchos que nunca se habían ido, allí siguen estando. Tal vez Manuel Bartlett Díaz, relacione y encabece el listado de estos animales pre-históricos.

Mientras la ciudadanía diga: Yo no soy político, seguirá sufriendo las consecuencias …por no participar. Responsablemente.

raulhcampag@hotamil.com 

@RaulHectotCampa1

 
 

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