¿Y el FAOT, qué? ¿Es creación del gobierno en turno?
Carlos MONCADA OCHOA
Lunes 24 de Enero de 2022

¿Quién hizo, pues, el FAOT? En éste, el de 2022, apenas al comienzo oí que cierto coro de niñas indígenas canta “por primera vez” en el Festival, y que tal o cual hecho que se acaba de realizar es “histórico”. Todo lo que ha ocurrido en el Festival se ha visto u oído, en su momento, “por primera vez”, por ejemplo, la primera vez que vino a tocar en Álamos el genial Carlos Prieto o la primera vez que asustaron las boleadoras gauchas volando en el escenario, en tiempos del licenciado Juan Antonio Ruibal. Y en cuanto a que algunos hechos son “históricos”, eso lo decidirá la posteridad, no quienes acabamos de presenciar esos hechos.

Es humano, y por tanto explicable, que quienes llegan y toman la responsabilidad de gobernar el Estado quieran lucir mejor que todos sus antecesores. Es bueno que ese deseo les sirva de acicate. Pero no veo por qué no reconocer que el FAOT se fue construyendo a lo largo de casi 40 años con el esfuerzo de algunos que aún viven para recordar y de muchos más que ya murieron. No escribo por escribir. En este momento tengo a la vista el programa del recital que tuvo lugar el 24 de enero de 1986 en el Museo Costumbrista de Álamos, en homenaje al doctor Ortiz Tirado. Consistió en la lectura de la semblanza del médico y cantante leída por el muy querido amigo Tony Estrada, la intervención del grupo musical del Museo (semilla de la Estudiantina actual) y la interpretación de ocho canciones románticas por Elsa Limón, acompañada al piano por Rito Emilio Salazar.

¿Y qué otra cosa ofreció ese Festival de 1986?, me preguntará el lector, y le respondo que nada más. “Eso” era el Festival, aunque todavía no lo calificaban de Festival. Eso era todo, una velada agradable de dos horas a lo sumo y cada quien para su casa. Cuatro años después, según se lee en el programa de homenaje que entonces se llamó Remembranzas, hubo cinco veladas parecidas, del 24 al 28, con los tenores Humberto Cravioto, siempre desafinado, Juan Bautista y Arturo Torrero, la Orquesta Típica de Sonora y el pianista Joaquín Gabriel Hernández, con un recital. En el programa se asienta que por acuerdo del gobernador Félix Valdés, el 24 de enero de cada año “a partir del presente” (1990) se llevará al cabo “un festival con proyección nacional”. (la proyección nacional se le asigna por decreto).

Hay que recordar a quienes tantos ladrillos colocaron para levantar el edificio que ahora se llama FAOT. Hay que agradecer el aguante de los vecinos que soportaron el hedor a orines de los que desalojaban la vejiga en cualquier pared. Y hay que poner en alto los nombres de los reporteros y reporteras (la mayor parte eran mujeres) que aparecieron por primera vez en Álamos sin saber casi nada de ópera y aprendieron a distinguir tesituras, identificar arias, descubrir talentos.

En cierta época, cuando la Universidad de Sonora recién abrió la Licenciatura en Arte Opción Canto, los estudiantes de esa carrera atrapaban a los grandes cantantes que venían a Álamos en un momento libre, y les pedían orientación sobre técnicas para emitir la voz, les planteaban dudas, y los visitantes los complacían y los mejoraban. Ahora se dice y se repite que este Festival rescata…, no entiendo bien qué, pero sería bueno que rescataran el contacto de los profesionales que vienen a cantar con los estudiantes que se inician en ese Arte.

carlosomoncada@gmail.com

 
 

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