Debido al cambio climático, en la próxima década en el sur de Sonora las temperaturas subirán un promedio de tres grados e incluso podría alcanzar siete grados más en primavera.
Además, se reducirán hasta en 30% las lluvias por debajo de los niveles acostumbrados, declaró José Grageda Grageda.
El científico del Instituto Nacional de Investigación Forestal Agrícola y Pecuaria (Inifap) declaró ayer que eventos extremos como El Niño, La Niña o los huracanes representarán también una amenaza tanto para la población como para la agricultura.
Durante el tercer taller de Vulnerabilidad al Cambio Climático de la Actividad Agrícola del Valle del Yaqui, el investigador precisó que debido a la emisión de gases de invernadero, el comportamiento histórico de temperaturas y lluvias cambiará.
Es posible que entre el 2020 y 2050 las temperaturas suban entre dos y tres grados centígrados en la región, sostuvo, pero se tienen otros estudios que hablan de la posibilidad de que sean siete grados más en realidad.
También se prevé que durante la primavera haya anomalías en la precipitación pluvial de entre cero y un milímetro por día en promedio, pero en mayor medida durante las lluvias de invierno, dijo.
Como las lluvias de invierno son las que más ayudan en los cultivos de la temporada otoño-invierno y en el almacenamiento de las presas, citó, la reducción de un milímetro impactará en la región.
Se requiere en consecuencia actuar en cuatro aspectos, a saber el manejo integral de la cuenca del río Yaqui, un sistema de alerta temprana, la revalidación de tecnologías agropecuarias, el mejoramiento genético y la diversificación de mercados.
De esa manera la zona se adaptaría a las sequías, al aumento de temperaturas, a los eventos extremos y se evitaría la migración del campo a la ciudad, expuso.
Mediante un sistema de alerta temprana se reducirían los riesgos por sequías, por eventos extremos y plagas, sostuvo, en tanto que con el mejoramiento genético y revalidación de tecnologías, habría una adaptación a las sequías y se evitaría una baja en la productividad.
La diversificación de mercados implicaría una reconversión productiva, evitaría la migración y el desempleo en el medio rural, precisó.