La Sociedad Sonorense de Historia
Carlos MONCADA OCHOA
Miércoles 26 de Enero de 2022

Anteayer la Sociedad Sonorense de Historia eligió a su nueva directiva y me impresionó la lista de sus integrantes, no sólo porque son hombres y mujeres de sólida preparación, sino porque cuatro tienen grado de doctores, tres de maestría y uno de licenciatura. ¿Cuándo se iba uno a imaginar esto hace, digamos, veinte años?

La SSH inició sus simposios anuales en 1976 con el sostén de la Universidad de Sonora y a partir de 1989 tuvimos dos simposios, uno de la UNISON y otro de la Sociedad, independiente ya. Se creó la sana costumbre de publicar una memoria aunque al principio con modestia; se imprimían las ponencias en mimeógrafo y se empastaban. Pero no tardaron en hacer ediciones en imprentas profesionales, bien presentadas.

Era un gusto asistir a la exposición de ponencias de enamorados de la Historia que le entraban a todos los temas: los propiamente históricos con estructura académica, y también el beisbol, la cocina sonorense (este último tratado sabrosamente por el profesor Ángel Encinas Blanco). El ex gobernador Luis Encinas solía acudir no sólo a oír, también, como parte del público aportaba rica información. Y los gobernadores Samuel Ocaña y Manlio Fabio Beltrones consideraban un honor ir a inaugurar los eventos.

En la nota, aparecida en Face Bock, en la que se informa la elección de los nuevos directivos, se dice que se enfrentan a un reto. No se explica de qué tipo es ese reto, pero ojalá se trate de motivar a la gente para que vuelva a llenar el auditorio Armando Hopkins Durazo, de la sede de la SSH, con mujeres y hombres interesados, como los de antes, en profundizar en la historia de nuestra tierra. Y también reanudar la publicación de las memorias, No sería tarea fácil, pero precisamente por eso, valdrá la pena intentarlo.

 

JUAN ANTONIO RUIBAL CORELLA

Por venturosa coincidencia, acababa de enterarme de la noticia que comento, y me llama por teléfono mi viejo compañero de aulas preparatorianas, el licenciado Juan Antonio Ruibal Corella, a quien se debe la iniciación de los simposios. Al organizarlos, cumplió el deber que tenía como primer director del Instituto de Historia y Antropología de la Universidad, deber que era asimismo un gusto por su innata inclinación a la historia.

Es conocida su rica trayectoria literaria no sólo en el campo de esa disciplina, igual en el área jurídica y la novela. Su libro más reciente aparecido a fines del año pasado se llama “Panorama” y comprende una colección de variados comentarios aparecidos en la prensa.

Las circunstancias se encadenaron. El profesor Armando Quijada Hernández, pionero de los simposios junto con Juan Antonio, fue el encargado de tomar la protesta de la flamante mesa directiva. Los dos caballeros son prototipos ideales para guiar a los nuevos historiadores en los caminos idóneos para enfrentarse a los retos citados. ¿Y por qué limitarlos? ¡A cualquier reto!

Carlosomoncada@gmail.com

 
 

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