A más de cincuenta metros de altura, montados sobre un andamio colgante que el aire mueve fácilmente, dos trabajadores apuran su tarea en la construcción del nuevo hotel que se ubicará en la entrada norte de la ciudad.
A ellos no les hable de vértigo o de miedo a las alturas, no les mencione la posibilidad de un accidente.
Ellos sólo quieren trabajar para llevar el pan a sus hogares.
Además se siente rete-bonito ver a la gente así de chiquita. |