Gota a gota
“La calumnia es como el carbón, si no mancha, tizna”
La frase es del poeta y escolapio español Juan Arolas, aunque la haya hecho famosa el presidente Andrés Manuel López Obrador en sus mañaneras.
Esta Gota está relacionada con el tema del día (alguien moderno diría, trending topic): la batalla verbal, escrita, entre un segmento de periodistas, los que mueven la cuna y la contra-credibilidad de un proyecto de país llamado Cuarta Transformación.
No es nueva la búsqueda del talón del Aquiles transformador. Se le ha buscado hasta en su ADN genético algún desorden neuronal y larga es la lista de intentos por quitarle valor a su argumentación moral. Ese sector que él llama conservador ha buscado en su política económica y el desastre augurado ha callado en sus vaticinios catastróficos, de ahí al de salud y también ha fracasado, la crítica no ha atinado ni siquiera un reintegro de credibilidad. Que terminó de panzazo su carrera, que habla en episodios y a veces tartamudea indeciso, que saluda a mamás de narcotraficantes, que suelta a estos, que el Insabi, que Gattel, que Chauyffett y su hijo, que la militarización y un etc. tedioso y largo que cae en el fango del enfado.
¡No es posible que no se le encuentre un defecto que pueda ser usado en su contra! ¡nuestros señalamientos en frentes periodistas y comunicativas no surte efectos de minar su popularidad! Un periodista de ese sector dijo: “El presidente se debe preocupar, pues su popularidad bajo de 67 a 60”
Si, creo que se debe ser motivo de preocupación y seguridad nacional.
El presidente Obrador dijo que su única responsabilidad es su pequeño hijo por ser menor de edad, todo lo demás es responsabilidad de los propios familiares. Esa actitud sin lugar a duda es una muestra de civilidad y congruencia moral.
Pero así como ”nadie aguanta un cañonazo de 50,000 pesos”, la familia es el punto débil de cualquier ser humano, cualquier madre, ante el peor de los asesinos no le negaría un beso o una bendición, ¡es su hijo!.
Con el periódicazo de la fábrica de chocolates “Rocío” también bajo un sesgo falto de real argumentación, ya no se diga credibilidad y profunda investigación, las reacciones mañaneras dieron en el clavo, encontraron el eslabón perdido, el lado flaco, el buscado Talón de Aquiles Obrador.
Si lo que se busca es tiznar, ahí estaba la oportunidad, pero al igual que la anterior escaramuza tiznadora, se requería una fuente con alto índice de credibilidad, alguien quien por mucho tiempo ha dicho la verdad (cual esta fuera): Carmen Aristegui.
Para muestra un botón, si el santo padre dice que el próximo domingo se acabará el mundo, algunos dudarán, pero muchos creerán que es verdad, ¡por que lo dice el papa!
Si lo dice Loret de Mola, brozo, Riva Palacios Salvador García Soto, Denisse Drexler, Marín, la Sra. Scherer, pocos creerían, otros dudarían, los más ni siquiera se tomarían el tiempo de tomarlos en cuenta.
Con esto no quiero decir, como opinador (que no analista o periodista, se ofenderían alguno de los tres periodistas que tienen ese titulo en la ciudad), que la señora Aristegui no tenga méritos en su lucha por la democracia, por el periodismo o la libertad de prensa (sería bueno analizar qué tipo de periodismo, qué tipo de democracia y qué tipo de libertad de prensa)
A Andrés Manuel López Obrador (conste que no dije el señor presidente) le debe haber molestado el hecho que la señora Aristegui, haya reproducido una noticia sin argumentación de fondo, sin pruebas, que buscaba evidentemente, tiznar, falacia que al ser reproducido en el altar de la credibilidad periodística, avalada por premios y reconocimientos nacionales e internacionales, sobrevaluaba la mentira a comprobar y se prestaba, sin querer o queriendo a la operación “ Tiznese quien se tizne” y aquí, muchas credibilidades salieron muy tiznados en el mercenario mundo del tiznado reportaje. Es Cuanto.