El secuestro de personas para extraer órganos de su cuerpo y trasplantarlos a otras personas de manera ilegal es un mito, afirma el Dr. Abel Puentes Camacho, director del Centro Estatal de Trasplantes.

Esta versión, la de tráfico ilegal de órganos, es común escucharla ahora debido al incremento de personas desaparecidas a las que supuestamente se secuestra con ese propósito.

Es prácticamente imposible realizar una cirugía tan delicada y rigurosa como extraer el órgano de una persona y sin más ponérselo a otra, señala Puentes.

Un trasplante orgánico requiere de una infraestructura médica que dificílmente puede tener un hospital convencional, no se diga uno clandestino, si es que éstos existen.

Además de la infraestructura de alta teconología, explica, debe participar un equipo numeroso de especialistas con experiencia en estas cirugías y acostumbrados a trabajar en equipo.

Asimismo la compatibilidad entre donador y su receptor es un proceso que se estudia con exhaustivos análisis clínicos que se realizan durante varios días y no siempre resultan compatibles.

Sobre la posibilidad de que se realice un trasplante de manera ilegal favoreciendo a un receptor influyente o adinerado que paga para ello, Puentes Camacho rechaza también que esto ocurra.

Los candidatos a trasplantes están en un lista de espera que no puede ser alterada, salvo por condiciones de salud que impidan la cirugía, como la incompatibilidad, o alguna otra causa de fuerza mayor.

Cuando el número uno de la lista no puede ser receptor, se adjudica al segundo, y si éste tampoco puede, se va al tercero y así sucesivamente.

Además, agrega Puentes, la decisión de donar un órgano debe tener el consenso del donante, si él está en muerte clínica, sólo los familiares pueden aprobar la donación. Sin el consentimiento de ellos no hay trasplante.