En el 2016 el Parque Infantil Ostimuri fue víctima de un atentado ambiental a cargo de la empresa concesionaria de este lugar de esparcimiento, el único de su tipo en la ciudad.
Zafari 2000 había obtenido años antes la concesión para explotar este parque y empezó por instalar un zoológico que atrajo pronto el interés de los visitantes.
Sin embargo éste fue cerrado por la Procuraduría Federal de Protección Ambiental debido a las condiciones en las que se mantenía a la mayoría de los animales, un confinamiento que años atrás hubiera parecido normal pero en la nueva cultural ecologista resultaba inaceptable.
Además del zoológico, Zafari 2000 taló diez grandes y añosos árboles en un área "boscosa", con amplia superficie sombreada que atraía a los paseante sobre todo en el verano.
Seis años después dicha área continúa así, abandonada, sin árboles, como un pequeño desierto junto a las áreas verdes de la Laguna del Náinari y del Parque.
Hoy la empresa intenta retener la concesión pero el alcalde Javier Lamarque ya anunció que se rechazará esta petición de Zafari 2000 para darle otro giro al área devastada.
El Parque Infantil Ostimuri fue inaugurado en 1970 y a través de sus 52 años de existencia ha experimentado cambios favorables para su identidad como paseo familiar y de manera especial como área para niños, pero el daño causado por Zafari 2000 aún permanece intacto y ya es tiempo de que se reforeste y se recupere para el embellecimiento del único paseo interior de la ciudad.