Lleva el STAUS un punto en contra
Carlos MONCADA OCHOA
Jueves 24 de Marzo de 2022

No he leído ninguna nota periodística en la que se informe el estado de las negociaciones entre las autoridades universitarias y el Sindicato de Trabajadores Académicos sobre la amenaza de huelga. Sin embargo, considero que, de entrada, y sin meterse en demasiadas elucubraciones, el Sindicato lleva un punto en contra.

En su quinto informe, fechado el 6 de enero de 1987, el rector Manuel Rivera Zamudio (DEP) leyó: “La paralización de labores es una de las medidas que más molesta e irrita a la sociedad y que más afecta a la institución. En los últimos diez años (entre 1977 y 1987) la Universidad se ha visto paralizada más de 300 días (más claro, agrego yo: en diez años se perdió un año en huelgas). Desde el día que tomamos posesión de esta Rectoría, fueron interrumpidas las actividades por cerca de un centenar de días laborables”.

De esa franca observación han pasado 35 años, y aunque el número de huelgas ha mermado en cierta medida, las experiencias han sido demasiado amargas para olvidarlas, sin contar con que el recurso se sigue utilizando como amenaza. Antes y en años recientes, el cierre del Alma Mater ha sido atentatorio contra los intereses de los jóvenes y los padres de familia. De concretarse ahora, se agregaría un agravante: paralizar a la Universidad cuando comienza apenas a recuperarse de una pandemia que hizo perder tiempo valioso a toda la comunidad estudiosa.

 

TRES CENTROS BIBLIOGRÁFICOS

Mientras los voceros del gobierno, en sus tres niveles, se regodean con los avances del país y de Sonora en economía, infraestructura, legislación y otros frentes, y los difunden a través de los medios de comunicación, para éstos y sus reporteros parece que no existen otros avances menos espectaculares pero más profundos, como lo son los centros bibliográficos, testimonios de cultura..

Con el entusiasmo y el empuje de Rubén Matiella crece sin pausa El Septentrión, centro bibliográfico del Noroeste que cuenta con verdaderas joyas, por su contenido y por su presentación artística como productos de las artes gráficas.

He hablado aquí con amplitud del proyecto Biblioteca Cultura Sonorense, integrado exclusivamente con literatura y arte de autores sonorenses, o no sonorenses pero que tratan temas de esta tierra nuestra; la singularidad no es sólo ésa, sino también que el acervo, que rebasa ya las dos mil obras, se constituye con donaciones.

Y el viernes 1º de abril estarán aquí directivos y destacados miembros de la Asociación Para las Bellas Artes (APALBA), que dirige la escritora Irma Arana en el Valle del Yaqui, para dar el banderazo de salida al programa Río de Libros. El nombre indica el propósito que se persigue. El acto tendrá lugar en El Estanquillo de las Letras, a las 17 horas, en la Plaza Zaragoza, es decir, en el mero corazón de Hermosillo.

La característica común de estos proyectos consiste en que se construyen para beneficio de la gente, sin preferencias ni discriminaciones.

carlosmoncada@gmail.com

 
 

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