Acertadas las reformas al Código Familiar, aunque…
Carlos MONCADA OCHOA
Miércoles 30 de Marzo de 2022

Son lógicas y bien fundamentadas las reformas al Código Familiar que promueve el Congreso del Estado en beneficio de las mujeres. Pero los periodistas no deben exagerar afirmando que la prohibición a la divorciada para que contraiga nuevo matrimonio antes de los 300 días ha sido discriminación de muchísimos años. Hubo una razón para imponerla: que quedara clara la paternidad, en caso de que resultara embarazada en corto plazo, si era del ex marido o del esposo recién estrenado. La prohibición beneficiaba, en primer término, al bebé, que tendría derecho a recibir alimentos del padre biológico y el derecho a usar su apellido.

La otra reforma podría resultar un tanto complicada en la práctica pues en materia familiar se crea una norma en el supuesto de que será aplicable a determinada conducta de los cónyuges, pero nada es tan variable como esa conducta. Se trata de que el divorciado queda obligado a pagar cierta cantidad a la mujer que carece de ingresos propios para compensarla del tiempo que dedicó a las labores domésticas sin ninguna retribución, una especie de indemnización, diríamos.

¿Y qué tal si el marido demuestra que la mayor parte del tiempo dichas labores las desempeñó una empleada a sueldo? ¿O que la mujer hacía recaer las obligaciones en sus hijos adolescentes o que, en el colmo del cinismo, la alimentación y el arreglo de la ropa del varón lo atendía su amante? Y como todo es posible en el mundo de las relaciones amorosas, podría suceder que quien reclame la indemnización sea el marido si la divorciada es la del dinero.

Al juez que le toque determinar el monto de la cantidad a pagar se las verá negras pues habrá que considerar que una parte de los deberes domésticos es obligatoria, ha de cumplirse por razones morales, igual que los que cumple el marido, y han de quedar al margen de la cuantificación económica.

En fin, las mujeres “ai” la llevan, y ni quién las pare.

 

VOLAMOS HACIA LA NORMALIDAD

Que habrá Fiestas del Pitic en junio, dijo la directora general del IMCA, y esperamos que también Un Desierto para la Danza pues mañana entraremos al mes que lo calendariza.

Sólo falta un nuevo intento de normalizar la enseñanza primaria y la secundaria con clases presenciales, pues de prolongar esta situación, advierte el doctor López Gatell, podrían presentarse complicaciones psicológicas en los muchachos tanto tiempo alejados de las clases, los juegos, la convivencia amistosa con sus pares, la salida a la calle.

Es comprensible el temor de los padres. “Que otros arriesguen la salud de sus hijos, yo prefiero mantener encerrados a los míos”, es la respuesta a los llamados a regularizar los programas escolares. Pero no es lo más sensato. ¿Cuándo salen a escena los líderes sindicales para convencer a los maestros, y los maestros para convencer a los padres de familia?

carlosomoncada@gmail.com

 
 

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