Sin que atinen a explicar por qué, buen número de reporteros y columnistas consideran confusa una iniciativa aprobada por los diputados para que se sancione a quienes fotografíen, graben, comercialicen, divulguen, publiquen, etcétera, por cualquier medio, imágenes de cadáveres destrozados que impactan negativamente a personas de todas las edades.
La intención de los legisladores es plausible pero buen número de ellos no alcanzan a entender que el poder que les otorga la Constitución es limitado. Y nos recetan una nueva ley por cada cosa que les parece que no funciona bien.
Un periodista, desde luego, lo primero que advierte es que le limitarían su libertad de expresión en los periódicos, revistas y noticiarios de televisión. Y recuerda que el ejercicio de la libertad de prensa es materia que regula la Federación, no los gobiernos locales.
Por otra parte, ¿qué harán los diputados para detener a los usuarios de las Redes que publican fotografías de pésimo gusto y de escasa moralidad sin pedirle permiso a nadie? No formulo la pregunta por molestarlos, sino para pedirles que si hallan una manera de que les hagan caso en las Redes comiencen por extirpar las cintas y videos de asquerosa pornografía que a toda hora del día están a disposición de adultos y niños, hombres y mujeres.
Quienes llegan a alcanzar el poder de legislar tienen en las manos una herramienta maravillosa para mejorar la existencia de grandes masas de población. Estudien con cuidado los asuntos que les preocupan y consideren que hay otros medios para remediarlos, no sólo la coerción de la ley. Creo que podrían lograr mejores resultados con algunas buenas platicadas con quienes difunden imágenes negativas para disuadirlos. Aunque no sé quién lo dijo, lo repetiré aquí: hablando se entiende la gente.
¿QUE SE APROBÓ LA REFORMA ELÉCTRICA?
No sé si está bien enterado el que ayer me deslizó, sin más explicaciones, que se había aprobado la reforma eléctrica promovida por AMLO. Ojalá.
La columna vertebral de esa reforma, que amenaza tantas fortunas mal habidas, es el objetivo de que al menos el 54 por ciento de la energía sea controlada por la Comisión Federal de Electricidad. La difícil operación encaminada a ese resultado implica la modificación de importantes preceptos de la Constitución. Y lo que es cierto, al margen de que mi informante esté acertado o no lo esté en su breve comunicado, es que la Suprema Corte de Justicia dejó de poner objeciones.
El Presidente abonó el terreno con mucha habilidad, pues desde hace meses da a conocer, en las ruedas de prensa mañaneras, los nombres de las grandes empresas a las que se han cobrado muy bajas tarifas (a cambio de moches u otros beneficios económicos) en contraste con la carga que nos aplasta a los ciudadanos del montón.
Y salgo corriendo, aunque no aclara aún la madrugada, a comprar los periódicos. Las noticias por Internet son para cuando esté listo el café.
carlosomoncada@gmail.com