A través de la sección del profesor y político José Guadalupe Montaño Villalobos, que todos los días añade un plus al pensamiento de los principales columnistas, al ampliar su difusión, me entero de que el colega Agustín Rodríguez da buenas noticias a los guaymenses. La mini planta desalinizadora construida en El Cochorit por la ex gobernadora Claudia Pavlovich reforzará el pobre caudal que por las redes de aquel puerto circula.

La construcción de la mini planta ha sido la más lenta del mundo. La anunció doña Claudia apenas tomó posesión en 2015 y dijo a los bravos defensores del agua del Valle del Yaqui que el problema (el robo) de la presa del Novillo quedaba resuelto. La mini planta se ampliaría a la par que se construía un acueducto de Guaymas a Hermosillo para mandar a la capital el agua desalinizada que fuera necesario.

Tuvo la habilidad de no mencionar nunca la fecha siquiera aproximada en que se cerraría el acueducto Independencia, que sería la consecuencia lógica de que hubiera un acueducto de Guaymas a Hermosillo, y no se echó encima a los productores del Valle del Yaqui. Pero los aplacó con la falsa esperanza (digámoslo mejor: con una mentira).

Un mes y medio antes de terminar su mandato, anunció que el funcionamiento de la mini planta se sometía a pruebas. No invitaron a la prensa para que las viera. ¿Para qué si todo era teatro?

La miniplanta desalinizará 200 litros de agua por segundo, lo que es una miseria, y como se encuentra en terrenos del municipio de Empalme, dejará en éste una pequeña porción y mandará lo restante a Guaymas. Apuesto que la presión no reventará ninguna tubería y que ningún guaymense gastará en un mensaje de agradecimiento con destino a Barcelona.

AUTOBUSES PARA MUJERES

Es encomiable que en el Congreso del Estado se establezca la obligatoriedad de que haya autobuses exclusivos para mujeres a fin de evitarles el manoseo, el acoso y más abusos que se cometen contra ellas en el apretujamiento de pasajeros.

Son plausibles las intenciones, pero más lo serán si se logra llevarlas a la práctica, Y precisamente cuando se dan pasos al respecto entre los legisladores, la relación de los transportistas y el Gobierno del Estado baja a su nivel mínimo, a resultas del desacuerdo con el pago de las concesiones. Es decir, la posibilidad de contar con autobuses extra para las damas disminuye.

En la Ciudad de México se puso en juego ese sistema y no puede hablarse de que haya sido un éxito. Por su naturaleza, el transporte urbano sólo de chiripa responde al servicio rápido que reclama el trabajador que debe llegar a tiempo a su trabajo, el estudiante a quien se le hizo tarde ya para su clase, al enfermo que requiere atención médica, etc. En muchos casos la mujer se treparía al autobús de los varones para arribar a su destino, mientras que los varones verían con desilusión que ahí viene el camión de las mujeres y no puede subir a él.

Pero hay diputados inteligentes, me han dicho, tal vez le encontrarán la cuadratura al círculo.

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