Con la seriedad propia del cargo -diputados y diputadas del Congreso Infantil—se condujeron los chicos que sesionaron esta semana, analizaron los dos años de enseñanza durante la crisis sanitaria, y llegaron a la conclusión de que el gobierno del Estado debe ampliar los servicios de internet a todas las comunidades, por lejanas del centro que se encuentren.

Pueden confiar en que se cumplirá la propuesta, pues desde antes había expresado el gobernador Durazo, al menos en dos ocasiones, el propósito de extender al máximo los servicios citados. Es posible, además, que la Secretaría de Educación esté lista para dar los primeros pasos al respecto.

El autor de esta columna había asentado ya su opinión en el sentido de que la enseñanza mediante plataforma digital había obtenido resultados mediocres. Y los jóvenes diputados coincidieron con esa apreciación, aunque en el boletín de prensa publicado utilizan para expresarlo términos más finos y políticos (¡cual debe ser!) que los empleados por este periodista claridoso y poco hábil para dar rodeos..

Yo había señalado, entre las varias causas del pobre resultado, el hecho de que hay centenares de familias que no cuentan con computadora o teléfono celular para que los hijos en edad escolar captaran las enseñanzas, y los diputados infantiles agregaron una observación que se me había pasado: el hecho de que aunque la familia posea uno de esos aparatos, pero cuenta con dos o más hijos en edad escolar, tendrán éstos pocas oportunidades para aprovecharlo, y por poco tiempo.

No se tocó otra causa que considero de enorme importancia, que es la atención deficiente (en algunos casos, falta absoluta de atención) de los alumnos a las enseñanzas. En este campo algo podrían recomendar los psicólogos de la SEC y los profesores con experiencia, pues mejorar la atención de los niños es esencial con pandemia o sin ella.

Confiamos en que no vuelva una pandemia tan brutal como ésta que como que quiere pasar y a veces como que se resiste a irse definitivamente, pero habrá que atender la petición de los minidiputados para enfrentar cualquier contingencia futura.

ASESORES DEL PARLAMENTO ABIERTO

Al echar un vistazo al trabajo de los diputados (los adultos, los que cobran) sobre el saldo de su segundo periodo ordinario de sesiones clausurado el martes, hay que reconocer los buenos frutos cosechados, salvo un par de iniciativas un tanto frívolas y sin el debido fundamento.

Entre las tareas interesantes que están por emprenderse, me llama la atención la de integrar un consejo de asesores para apoyar al Parlamento Abierto del que se comenzó a hablar desde la legislatura anterior.

La diputada Natalia Rivera Grijalva, presidenta de la directiva en el periodo concluido y también, por mandato de Ley, de la mesa responsable del periodo extraordinario de sesiones, fue, desde que se planteó la modalidad de Parlamento Abierto, su más entusiastas impulsora. Eso garantiza que le soplarán buenos vientos a la nave de este proyecto. Como profesional del Derecho mi interés se centra en conocer en qué temas y cómo asesorarán los asesores.

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