El maestro Enrique Espinoza Pinales ha sido nombrado subdirector de Cultura Municipal en sustitución de María Cristina Pérez Valenzuela, quien pasa a la subdirección de Valores Cívicos, ambas instancias dependientes de la Dirección de Educación.

Espinoza Pinales fue director de Cultura durante el primer trienio de Javier Lamarque como presidente de Cajeme (1997 - 2000), cargo en el que realizó un trabajo positivo para el desarrollo de esta área.

Formado como maestro normalista, fue también director del Museo de los Yaquis y como artista plástico ha destacado por sus grabados.

Hoy asume una posición que es subordinada a la Dirección de Educación, pero se espera que por su experiencia y profesionalismo logre impulsar áreas de la vida artística y cultural de Cajeme que han permanecido estancadas en años recientes.

A continuación presentamos los comentarios de Andrés González Prieto, que reflejan en cierta manera el beneplácito de la comunidad cultural por este nombramiento:

Enrique Espinosa Pinales a la ¿“Sub”?

Cuando todo se veía perdido, cuando toda esperanza de ver la luz (aunque sea una chispita) al final del túnel en materia cultural, se da este nombramiento, que en conocimiento y experiencia cultural no se compara con ninguna administración pasada. 

Nada que informar de direcciones de la cultura municipal que se otorgaron por amiguismos, compromisos políticos, caprichos de élites, ignorancia temática, que nos llevan a este déficit cultural que debería avergonzar al gremio cultural con capacidad intelectual local, al comparar el desarrollo cultural de Los Mochis, ya ni se diga de Mazatlán con él nuestro. La razón es que los nombramientos de pasados directores o directoras de cultura concedidos por las razones antes descritas a causa de la ignorancia cultural de pasados presidentes municipales ( perdón, creo que alguno tocaba rock con su guitarra) los convertía ( a los directores) en vasallos disponibles a caprichos, con derecho a aplauso, lisonja pero no a voz y menos a voto, y por tales méritos, algunos excesos se dieron en complicidad, en la máxima de “ solo le pido a dios que me ponga donde hay, lo demás lo pongo yo” para recordar el Conaculta - gate que nos condenó a los cajemenses al ostracismo económico cultural entre  otros causales, aclaro esto es sin generalizar y sin señalar en lo particular a nadie ( para los que creen que no hay conciencia cultural histórica, si la hay) pero si el saco o la blusa le viene a la medida a alguien, tiene toda la libertad de ponérselo.

Al político le importa lo propagandístico. A muchos les importa más Cristian Nodal que Eugenia León, hay muchos que no diferencian en lo que es diversión- entretenimiento y lo cultural, el   entretenimiento del intelecto. 

Ahí es donde entra el júbilo según me doy cuenta en las redes, del merecido nombramiento del maestro Enrique Espinosa Pinales para esa tarea- Nombramiento que ya se esperaba, por coincidir su dirección con la del 1997-2000 con el mismo presidente.

Estoy seguro, que Enrique por su capacidad cultural no permitirá la instauración de programas que no lleven al camino del tan necesario desarrollo cultural de nuestro municipio y aportará con algo más que buenas intenciones, la interrelación con los grupos culturales y cualquier expresión que tengan esas intenciones, motivarlos con las vías disponibles para que aporten lo que puedan aportan, con el interés supremo de la cultura de Cajeme.

Estamos a 5 años del Centenario de Cajeme como Ciudad.

¿Qué podemos presumir?

Por lo pronto el nombramiento de Enrique Espinosa Pinales.

¿Qué podemos esperar?  Nada.

¡Que no podamos aportar, los que nos interesa la cultura, más allá de conveniencias políticas, sociales, económicas o simplemente ¡protagonismos.!

Es cuánto.

Andrés González Prieto