Violencia de género: Las dos caras de la moneda
Amador González
Viernes 20 de Mayo de 2022

Durante los últimos nueve años he tenido la oportunidad de realizar mi actividad profesional en el área de la salud, principalmente en el ámbito público, centro de salud y hospital de especialidades, trabajando  con la norma oficial NOM-046-SSA-2005. Violencia familiar, sexual y contra las mujeres. Criterios para la prevención y atención. Para nadie de nosotros es un secreto que los índices de violencia contra las mujeres es un tema alarmante en nuestro país, día con día se conocen historias aterradoras que viven muchas mujeres en sus entornos sociales; en estos momentos al poner en el apartado de noticias en Google aparece como primer enlace: Suprema Corte anuncia la miniserie "Caníbal. Indignación total" sobre feminicidios en México. Una referencia directa a visibilizar desde una plataforma digital la problemática.

De primera mano me ha tocado escuchar de viva voz por parte de ciudadanas agredidas sexualmente y sin lugar a dudas es una experiencia abrumadora como profesional que brindas una atención de salud - no puedo si quiera imaginar cómo experimentaron esos acontecimientos que están narrando-, trabajar con perspectiva de género ayuda a brindar una atención con sensibilidad y buscando no revictimizar a la persona al contar los hechos que vivió.

Recuerdo que después de dichas intervenciones, con el equipo multidisciplinario que estaba involucrado en el protocolo de agresión sexual llegué a comentar que las historias parecían un capítulo de la serie “La Ley y el Orden Unidad de Víctimas Especiales” donde el común denominador son las agresiones sexuales. Porque aunque suene un cliché “la realidad sí supera la ficción”.

Un elemento importante a considerar en estas intervenciones es el peso social que aún existen en las agresiones sexuales: ¿Por qué ibas vestida así? ¿Por qué tomaste? ¿Por qué andabas sola tan noche? Y siempre será importante tener en claro que la CULPABILIDAD es por parte del agresor, bajo cualquier circunstancia. No es NO.

Será fundamental hacer campaña social generalizada para visibilizar estas prácticas aberrantes e impulsar la denuncia en las instancias oficiales correspondientes para que quede registro dentro de las instituciones públicas y con ello poder exigir una mejora en las políticas públicas de nuestro país.

Las redes sociales han jugado un papel determinante en las movilizaciones de grupos sociales, invitaciones masivas, perfiles de colectivos que comunican todas sus actividades, difunden convocatorias para sus actividades, entre muchas otras cosas en pro del colectivo y también se han creado perfiles para “evidenciar” a posibles agresores.

Y es ahí dónde doy entrada a lo que podré denominar: la otra cara de la moneda.

¿Todos los casos que se presentan en estos perfiles, realmente son agresores? ¿Existirá algún porcentaje en dónde sólo se quiera “quemar” a alguien? ¿Acaso es cien por ciento cierta la frase “todos los hombres son agresores”?

Estos interrogantes planteados de ninguna manera tienen la intención de desacreditar un movimiento importante y NECESARIO dentro de nuestra sociedad, pero sí tienen la intención de preguntarnos qué pasa cuándo se realiza un desprestigio a una persona sólo con el hecho de aparecer en un espacio de redes sociales.

A diferencia de hace veinte o treinta años hoy tenemos muchos medios tecnológicos para evidenciar actos de acoso, hostigamiento y/o agresión sexual, será importante generar una cultura responsable al momento de realizar un juicio moral en un posible evento tan fuerte relacionado a la violencia sexual.

Una de las principales representantes del feminismo en este país, Martha Lamas en su libro "ACOSO ¿Denuncia legítima o victimización?", hace un planteamiento relacionado a lo que hoy se redacta en estas líneas:

"Sin duda hay muchas mujeres que son víctimas, y sin duda hay riesgos que mayoritariamente afrontan las mujeres. Pero también es cierto que, aunque su número es mucho menor, hay mujeres victimarias y hombres víctimas. Por lo tanto, es necesario reconocer que el discurso sobre la victimización femenina dificulta visualizar el panorama completo"

Es responsabilidad de hombres y mujeres poder despegarnos de la estructura machista que impregna en la sociedad; acompañarnos, estar unidos, cada uno desde nuestra trinchera para generar un cambio en conjunto, ya que las modificaciones en las estructuras sociales nos deberían de ocupar a todos.

 
 

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