La goleada de la selección uruguaya de futbol contra la mexicana (3 - 0) no fue una sorpresa, aunque muchos gritaron como si hubiese sido algo inesperado, fuera del guión televisivo.
Desde el inicio de la etapa Martino el Tri no ha andado bien, aun cuando se haya clasificado para el Mundial de Qatar porque sacar un boleto en la zona Concacaf no tiene ningún mérito. Pero incluso en esa eliminatoria se exhibieron deficiencias enormes cuando se jugó con equipos más o menos eficaces como Estados Unidos y ahora Canadá.
Desde antes incluso del torneo en Concacaf ya se habían evidenciado las fallas enormes de la dirección técnica de Martino, quien llegó cargado de renombre, como muchos extranjeros que obitenen el botín llamado $elección mexicana, y sólo exhibió su acento argentino que fascina a los directivos de la Liga MX y son muy dados a cambiar oro por cuentas de vidrio cuando alguien con acento extranjero se acerca para ofrecerles sueños.
El Tata Martino no pudo ser campeón ni siquiera con Argentina y el Barcelona, equipos plagados de jugadores de primera línea y con el mejor del mundo en su momento, Lio Messi.
Para decirlo de manera directa: Martino ha sido un fiasco.
Y aún así los directivos del futmex lo mantienen y al parecer seguirán con él hasta el mundial.
Los aficionados y cada vez más analistas deportivos exigen que renuncie Martino. Aun cuando el Mundial está a la vuelta de la esquina, nada peor puede pasar que hacer más ridículos como los producidos por el Tata.
Claro que a éste lo defienden en su país y en otros donde todo le achacan a la dudosa calidad de algunos futbolistas de la selección mexicana. Algo hay de razón en esto. Pero no se trata de que los chicos no estén a la altura de los conceptos técnicos de su entrenador, sino que éste no tiene recursos para dirigir un equipo como el Tricolor.
¡Que se vaya Martino!, siguen los gritos. Y éste se iría, por supuesto, si le aseguran el pago total de lo estipulado en el contrato. Total, diría, ya logré la "hazaña" de calificar a México para el Mundial.
Otro factor que debe considerarse en la permanencia del Tata, y quizá por ello lo han sostenido y sostendrán, es que el Tricolor es una marca registrada de la que se sacan grandes ganancias y siempre se necesita tener al frente a alguien de renombre mundial para vender más expectativas y juegos de exhibición.
Aún así, después del juego de este domingo contra Ecuador e independientemente del resultado, el Tata debe irse ya.
En el 2014, cuando la selección naufragaba sin rumbo y a unos meses de la Copa del Mundo se le entregó el mando al "Piojo" Herrera y el resultado fue bueno en términos generales. Que no se haya jugado el quinto partido es normal.
Hoy a unos meses de que ruede el balón en Qatar urge un cambio. Quien sea no importa tanto. Hacer un ridículo como lo realizado con Martino es posible, pero no saldría tan caro.