¿Y qué política es la que hacen ellos? ¡El gobierno no hace otra cosa que echar la culpa a la oposición de lo malo que sucede en el país! Leandro Alem. Político y jurista argentino (1842-1896).
Coaligarse entre enemigos para combatir a un adversario en común, puede resultar preocupante. Es comparado con un maridaje que puede resultar, al final, en una desavenencia como en cualquier lazo de unión. En política, estos desacuerdos se han presentado desde hace 30 años a la fecha; discrepancias que cada vez han ido aumentado y que ha generado el nefasto multipartidismo en nuestro País. Partidos que se han conformado principalmente desde la disidencia política con el Partido (PRI) que ejerció el poder hegemónico por muchos años. Es una historia ya conocida en el ámbito político. Que no trae caso redundar en el cómo se han conformado los principales partidos políticos y cómo la militancia de unos y otros, saltan de un lado para otro, según se les acomoden a sus intereses personales o de grupo.
Hemos visto desde las elecciones del año 2000 hasta las últimas elecciones del 2012 al 2022, como una gran cantidad de políticos convenencieros, cambien o no de militancia en uno y luego en otros partidos, operan a favor de quienes les convenga. Así, desde el 2014 cuando nació el Movimiento de Regeneración Nacional (MoReNa), con una mezcolanza de militancia de distintos partidos, principalmente del PRI y PRD y algunos saltimbanquis del PAN. Lo mismo aconteció con el Partido que anteriormente se llamaba Convergencia, ahora Movimiento “Ciudadano”, cuyo dueño es el Ex PRIista Dante Delgado, que captó en menos en proporción, a esa militancia saltarina, que MoReNa; cuyo líder, a la usanza PRISTA, sigue siendo Andrés Manuel López Obrador, hoy encumbrado legítimamente en el poder: él puso, pone y pondrá a sus candidatos. Es una imagen y semejanza del PRI … amen… nomás digo.
Hemos escrito anteriormente, que el transfuguismo de la militancia de otros partidos hacía el Partido (o movimiento) del presidente, se ha venido presentando de manera exponencial desde que se conformó MoReNa y que se ha hecho más evidente del 2015 al 2022 y posiblemente el próximo 2023 y en el 2024.
Esto es preocupante para la “esperanzadora” alianza de los partidos de oposición al partido del presidente y a sus partidos rémoras mercenarios. Preocupa sobremanera, lo que pasó en 2021 y 2022, que algunos gobernadores y funcionarios de los Estados donde hubo elecciones, como operaron desde sus partidos, a favor de los candidatos de MoReNa, y que después fueron premiados a diversos cargos (embajadas, consulados y otros puestos dentro de los gobiernos morenistas. Si se indaga en ciertas dependencias, veremos a muchos agachados chambones ex PANista, ex Priista y no hay que ir a investigar muy lejos, aquí en Cajeme y en todos el Estado).
Preocupa a muchos, los desfiguros de los presidentes de los partidos que componen la alianza (coalición), sobre todo, los del presidente del PRI, Alejandro “Alito” Moreno y del PAN el reeleccionista Marko Cortés, que vayan a tomar decisiones cupulares, para designar al futuro candidato que represente esta alianza. Preocupa las declaraciones vertidas por Moreno, en la reunión que tuvo hoy martes 14 de junio 2022, con expresidentes del PRI y el Senador Osorio Chong, dónde aquel (Alito), no cederá a renunciar a la presidencia del Partido y expresó su intención de convertirse en el candidato de esta alianza (es justo, tiene derecho, pero no sería correcto). Esto último es más preocupante, porque tal parece que tratará de imponer su candidatura ¿con qué perversos fines? Ante los trapitos que le sacó al sol, la ex priista y ahora apologista del Morenismo, Layda Sansores (gobernadora de Campeche, e hija de un “ilustre” priista Carlos Sansores Pérez, alias el “Negro” QDEP). Tal vez Alito intenta salvar su pellejo, de tantas imputaciones que le hace la “santa” Layda y ponerse de pechito, siendo candidato … para que le perdonen sus culpas…si es que las tiene. De ser así beneficiaría a los Morenos.
¿Pero intentar EL, Alito ser candidato? Sería una aberración e insulto a una ciudadanía, que SI está de acuerdo en la alianza ¡Va por México! Pero con un candidato que no tengan cola que le pisen.
La otra, muy importante preocupación, es el abstencionismo ancestral que padece nuestro país, por esa ciudadanía irresponsable que a llegado en ocasiones por arriba del 50% de no participación en los procesos electorales. Ese abstencionismo que le ha convenido a todos los políticos que han estado en el poder y en este régimen no es la excepción.
La verdadera oposición necesita un candidato, que, en vez de polarizar a la sociedad, en caso de ganar, gobierne para todos, sin estigmatizar a opositores, que sea un verdadero gobierno de coalición donde no se tenga mayoría de congreso y se consensen los acuerdo para bien de la Nación, donde los puestos de funcionarios, no sean -como siempre ocurre- por nepotismo ramplón y rastrero; pero si por méritos basados en el conocimiento de la función pública nacional, conociendo el por qué, para qué y en lugar de que. Que no destruya Instituciones que son perfectible, y que sin retóricas de actos fallidos se combata realmente la corrupción y la inseguridad (que van juntas) y que se procure el bienestar con salud y empleos, pero no con dádivas electoreras, que denigran al ser humano; van contra de la dignidad de la persona. Entre otras cualidades que deberá tener un futuro presidente de México: ser un Estadista y no un estatista, en este mundo globalizado.
“A que le tiras cuando sueñas mexicano…” Diría Chava Flores. Pero es posible… en el futuro.
La ciudadanía no necesita una oposición rastrera, ni una oposición como la que describe el periodista y novelista Francés Jean Baptiste Alphonse Karr (1808-1890): “La oposición cuida siempre de pedir lo que está segura de no obtener, porque si lo obtuviese dejaría ser oposición”.
Preocupa el 2023 las elecciones del Estado de México y Coahuila; en estas, los gobernadores y funcionarios ¿Pedirán el voto para Va por México? O ¿una embajada, un consulado o un platito de lentejas y así dejar de ser oposición? Pregunten a los ex gobernadores de Sinaloa, Sonora, Oaxaca, Hidalgo y otros, que se doblaron ante el Tlatoani que alimentaron los anteriores sistemas por más de 18 años. Si esto sucede también preocupa la elección del 2024 ¿veremos al MC y a su dueño, de quick buttocks? Dividiendo el voto a favor de MoReNa. ¿Si no ponen de candidato por la oposición a un imberbe, heredero de un apellido de un finado político, que por cierto no se ha aclarado del todo? Me refiero al joven Colosio.
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