¡QUÉ GUSTO SABER QUE el profesor Abel Amador Rodríguez, que ha entregado su vida a la danza folclórica, recibió un grammy en reconocimiento a su arte y su constancia. Lo recuerdo con su grupo o'ori wame”, como becario del desaparecido y siempre añorado Fondo Estatal para la Cultura y las Artes. No pocas veces actuaron aquí, y también en muchas otras poblaciones de Sonora, de varias entidades federativas y del extranjero. Corro a ponerme el sombrero para poder quitármelo ante el maestro.

HICE UNA DETENIDA VISITA a mitad de la semana a la sala Eusebio Francisco Kino, de la Casa de la Cultura, donde exponen varias docenas de cuadros de la colección de MUSAS, cerrado con motivo de la restauración a fondo de que será objeto. Lo primero que vi al entrar fue una obra de Víctor Vega. ¡Qué grata sorpresa! Conocí la pintura de Víctor, y también su carácter rebelde, cuando encabezó en Ciudad Obregón una protesta contra las decisiones dictatoriales de Raquel Tibol en la exposición y certamen estatal que tuvo como sede el ITSON. Los artistas inconformes instalaron sus cuadros en un espacio aparte al que llamaron “salón de los rechazados”, como el de aquellos pintores franceses de la época de Napoleón III, tan modernos que no eran comprendidos (El “salon des refusés”, del que salieron geniales artistas). Admiré también fotografías geniales, algunas premiadas en el concurso de fotografía creativa que solía realizar el Instituto Sonorense de Cultura. Todo con una museografía sencilla y agradable.

AL SALIR DE ESA SALA, un café delicioso invitado por la reina de la Biblioteca Modelo “Bartolomé Delgado de León”, un espacio que es ya tradicional para la presentación de libros y conferencias. Acude a la memoria el recuerdo de la legendaria directora de la Casa de la Cultura Obdulia Pallánez. Convocó a una selecta porción de cultureros para que la ayudaran a bautizar diversos espacios: la biblioteca citada, el salón de proyecciones cinematográficas, el taller de artes plásticas y otros. Recibieron los nombres de notables artistas, como Alejandro Parodi, Francisco Castillo Blanco, el citado Delgado de León. ¡Qué tiempos, señores y señoras!

ESTUPENDA LA NOTICIA de que pronto saldrá a la luz un libro sobre la vida del maestro José Sosa Chávez, director de coros en los inicios de la Universidad de Sonora, músico y compositor que acompañó en sus giras por Sonora al doctor Alfonso Ortiz Tirado, nadador hábil que realizó la hazaña de cruzar a brazadas la presa Abelardo L. Rodríguez (cuando se llenaba, obviamente) y fotógrafo de gusto exquisito. Tuve el privilegio de verlo nadar en la alberca de la desaparecida Casa del Pueblo cuando yo vine a nadar en aguas distintas: las de la Preparatoria de la Universidad de Sonora.

IMPORTANTE. A petición de un lector, reproduje la columna que titulé: “Grilla, ¿nueva clase en El Colegio de Sonora?”, pero sólo la mitad. Decidí suspender la mitad restante para no darle más resonancia a la intriga perpetrada con el librito de Diana Reyes. Por el momento, queda sin respuesta la pregunta: ¿qué estaba haciendo esa noche de la grilla, en primera fila, la Secretaria de Seguridad del Gobierno del Estado?

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