¿Y si fingimos que ya no hay Covid?
Carlos MONCADA OCHOA
Jueves 30 de Junio de 2022

Primero nos dijeron (el año antepasado) que todo era cuestión de cuidarnos: no asistir a lugares donde se hacía bola la gente, lavarnos las manos, y que llegarían los muertos, cuando mucho, a 300 mil en el año. Luego, que si nos vacunábamos estaríamos a salvo, aunque no fue una vacuna sino tres, y después de la tercera, aunque sin anunciarla con exceso, vino la cuarta.

Y que ya casi se fue el Covid, que vuelvan los niños a la escuela, dijeron los voceros oficiales el año pasado. Que se abran los templos, los restaurantes y los bares con horario limitado. Sigue habiendo muertos, pero lo bueno es que hay espacios en los hospitales para entubar a los graves. Y ahora sí, a normalizar los cursos en las universidades. Y que hay viene la segunda ola de Covid, y la tercera.

Yo vi pasar por mi calle mamás que llevaban a sus hijos a la escuela del barrio, y de pronto dejé de verlos. Me calmó la preocupación la ley reciente que autoriza la supresión del cubrebocas en espacios abiertos, pero de todas maneras, casi nadie dejó de usarlos. Y que ya está aquí la quinta ola, dice el periódico (no sé en qué momento me descuidé y llegó y se fue la cuarta ola), aunque en Sonora será benigna. ¿Y qué si resulta tan benigna que sólo uno se muere, pero resulta que el que se muere es uno

Los lectores estarán de acuerdo conmigo en que hemos esperado más de la cuenta a que se largue el virus y hemos ensayado en su contra todos los recursos posibles, Y sólo falta uno que no nos costará nada: finjamos que ya no hay Covid.

Así como para huir de la charla insustancial e interminable de la mujer nos concentramos en un problema de matemáticas o reconstruimos en la imaginación las curvas adorables de la vecina y dejamos así de escuchar la cháchara conyugal, quizás lograremos olvidar el Covid. No eliminarlo, por supuesto, nada más olvidarlo. Pero es lo mismo que con la charla de tu mujer: dejamos de oírla, pero el mal (ella) sigue ahí.

 

SE CUMPLIRÁ UN SUEÑO MÁS

Claudia Pavlovich apenas a tiempo terminó su sexenio. Así como mantuvo su discurso con la promesa de arreglar la carretera y la dejó hecha el asco de siempre en la porción norte del estado, también manejó como un logro extraordinario el hospital de especialidades aunque hizo quedar mal al presidente López Obrador al obligarlo a que agendara la inauguración al menos dos veces.

Quienes tienen comunicación con Claudia deben mantenerla enterada de las noticias recientes: que el hospital se terminará de manera definitiva en septiembre y se presume que el Presidente, ahora de veras, vendrá a inaugurarlo. Y nuestra ex gobernadora podrá agregar esta benéfica obra a su currículo sin necesidad de puntualizar cuántas mentiras dijo antes de que se pusiera en servicio.

carlosomoncada@gmail.com

 
 

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