No son "acarreos" de votantes. Son unidades de transporte movilizadoras del espíritu democrático.
No es "línea". Es sólo la sugerencia razonada del voto libre y secreto.
No es manipulación de gente pobre beneficiaria de programas oficiales. Es atenta invitación al pueblo para que participe en una fiesta democrática.
Al final del día cada quien tendrá su propia versión de lo ocurrido este sábado en la elección de los consejeros de Morena.
Pero lo registrado a simple vista es todo lo contrario a lo que había pregonado el presidente López Obrador sobre el proceso interno de su partido. Y dijo que no se valía emplear las viejas mañas del sistema antidemocrático que implantó el PRI.
Lo que se vio este sábado en la plaza Zaragoza fue una exhibición de atraso o más bien de regresión al viejo régimen que se creía superado y enterrado.
La aplicación de estrategias que púeden ser calificadas de muchas maneras, menos de democráticas. Sino todo lo contrario.