No se pongan nerviosos los que tienen chamba en la administración de Alfonso Durazo Montaño. El título de esta columna no significa que ADM sólo estará tres años en su cargo, sino a la versión de que el Congreso del Estado podría aprobar un proyecto de ley para modificar el artículo 72 de la Constitución local a fin de que concuerden las elecciones de gobernador, diputados locales y alcaldes, con las de Presidente de la República, diputados federales y senadores.

De manera que cuando el licenciado Durazo concluya su sexenio, en 2027, quien le siga sería elegido de este año a 2030 junto con el Presidente de la República 2030-2036. ¿Cómo la ven ustedes

Nuestros gobernadores del Siglo XX promovieron varias modificaciones en este campo. Los mandatarios duraban en su encargo cuatro años, igual que los presidentes de México, y los diputados y presidentes municipales, dos, en acatamiento de la Constitución de 1917. Pero al modificarse ésta al sustituir el cuatrienio por el sexenio, se cambió en el mismo sentido nuestra Constitución. El primero elegido gobernador de Sonora para seis años (aunque no los completó, pero ésa es otra historia) fue el general Abelardo L. Rodríguez.

Nuestra Constitución ordenaba que el gobernador que ganaba la elección tomara posesión el 1º. de septiembre. El gobernador Luis Encinas observó que el Ejecutivo quedaba impedido de asistir al informe del Presidente de la República, que coincidía en esa fecha y reformó la norma para que tanto la toma de posesión como la lectura de los informes del mandatario se movieran al 13 de septiembre. Quedarían trece días sin Ejecutivo al mando, por lo que el Congreso eligió a un gobernador interino, que resultó el tesorero Carlos Lafontaine.

Faustino Félix Serna cambió la lectura de los informes para enero porque consideró que así se abarcaba el año completo, lo que era financieramente mejor. Él cumplió una vez porque estaba por agotársele el sexenio, y Carlos Armando Biébrich también una vez, pero él debido a que renunció antes de que llegara enero de 1976.

Finalmente, con el gobernador Beltrones hubo cambio de calendario electoral para agosto y de fecha de toma de posesión para el 22 de octubre. Esto creó un vacío de 39 días y fue necesario nombrar un interino, que fue Mario Morúa Johnson. Se previó además que el nuevo gobernador, Armando López Nogales regresaría al antiguo calendario, es decir, entregaría el poder el 13 de septiembre de 2003. Fue gobernador de sexenio incompleto.

Como se ve, la reforma que se aproxima es la de mayor alcance entre las que ha sufrido la Constitución local, y ojalá que no resulte la más compleja. Podrá también ser la más útil porque evitará o atenuará fricciones con un Presidente que ya está más familiarizado con él de los asuntos de Sonora, tal vez prejuiciado, así como la falta de contacto con programas federales que se encuentran en marcha de tiempo atrás. Obviamente, se ahorrará mucho dinero, lo que siempre es importante. Los diputados está obligados a estudiar con mucho cuidado las consecuencias del cambio, oír a los partidos (aunque no necesariamente hacerles caso) y tener a su lado siempre a los asesores jurídicos. Será un cambio muy, muy interesante.

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