Democratizar la Uni, ¡o sea que vuelvan las huelgas y el relajo!
Carlos MONCADA OCHOA
Viernes 7 de Octubre de 2022

¿Para quién fue sorpresa que los del STAUS declararan, en su manifestación de esta semana, que quieren una nueva Ley Orgánica que elimine a la Junta Universitaria y que se “democratice” la elección de rector? Eso quedó claro hace tiempo, desde que sugirieron, todavía como probando el ambiente, sólo la reforma de la Ley.

Quedan ingenuos cuyo único reproche a la Ley es que ya es vieja, acaba de pasar de los 30 años. Curioso sería que todos los que tienen “vieja” en su casa la repudiaran porque llegó ya a los treinta. Sobre todo porque la vieja (la de la casa) cuando arriba a esa edad ya es sabia, ahorrativa, tolerante, con un mar de virtudes. Ahí tienen ustedes que bajo el imperio de la otra “vieja” (ahora me refiero a la Ley 4), han sido elegidos cinco rectores en ocho procesos electorales y la Universidad ha conquistado, entre todas las del mundo, una posición académica envidiable.

Esos rectores y las docenas de distinguidos maestros que han participado, sin alcanzar la rectoría, en los procesos de elección, han recibido un trato democrático. De entrada, fueron registrados y se les dio espacios en Radio y TV universitarias, en foros públicos, en las Redes, para que promovieran sus candidaturas y pudieran sus simpatizantes manifestarles su apoyo ante la Junta Universitaria. Trato igual para todos. ¿No es eso democrático?

¿Y quiénes forman la Junta Universitaria? ¿Tal vez dictadores que se enquistan de por vida en ese órgano de la Casa de Estudios? No. Son 14 individuos, cinco de ellos miembros del personal académico de la Universidad, que se renuevan uno por año y que cuando hay una vacante, no dictaminan quién debe llenarla: proponen una terna al Colegio Académico para que éste resuelva.

El Artículo 15 de la Ley 4 previene que todo miembro de la Junta debe “III. Poseer título profesional a nivel de licenciatura legalmente expedido, o grado universitario superior a la licenciatura, IV. Haberse distinguido relevantemente en su especialidad profesional y tener reconocidos méritos académicos, culturales o de investigación científica, V, Prestar o haber prestado servicios docentes o de investigación en la Universidad de Sonora y/o haber demostrado en forma positiva interés por ella, VI. Gozar del reconocimiento general como persona honorable y prudente y VII. No ser dirigente de partido político ni haberlo sido en los últimos tres años”.

Quienes eligen al Rector de la Universidad de Sonora, son los mejores.

La “democratización”, como la entienden los líderes sindicales, permitió que en las décadas de los setenta y ochenta, votaran todos los sectores de la Casa de Estudio: los maestros, los estudiantes, los empleados, los trabajadores, igual que la gente va a las urnas a votar por el PRI o el PRD u otros partidos.. En una ocasión se dio

a los votos valor unitatio, una vez se les asignó valor numérico y otra, porcentual, diferente, según el sector. Y hubo huelgas de duración criminal, pleitos a cadenazos, retroceso. ¿A eso quieren volver?

Será triste ver las pintas en las paredes, las mantas y pancartas con ataques al adversario, las interrupciones a gritos en los mítines, la violencia en las Redes. La Universidad de Sonora no merece esa “democratización”.

carlosomoncada@gmal.com

 
 

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