Rusia ha bombardeado varias ciudades ucranianas, entre ellas la capital, Kiev, en una oleada de ataques que se produce dos días después de la explosión en el puente de Crimea.
Este lunes se cumple la jornada 229 desde el comienzo de la guerra de Ucrania. Desde junio las bombas no caían en Kiev.
Los bombardeos han causado en toda Ucrania al menos 11 muertos y 64 heridos, según cifras del Servicio de Emergencias de Ucrania.
El Ministerio de Defensa ruso ha asegurado que en los ataques se han usado misiles de largo alcance "con alta precisión" y que se han alcanzado "todos los objetivos previamente designados". Dichos objetivos eran, según el Ministerio, infraestructuras de energía, militares y de comunicación.
Los ataques se han producido cuando en Moscú el presidente ruso, Vladímir Putin, presidía una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad Nacional para tratar del ataque contra el puente que une Crimea y Kerch. Putin ha advertido que si continúan los ataques "contra Rusia", la respuesta será "dura".
Por su parte el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha denunciado los bombardeos como un crimen contra la humanidad. "Nos quieren borrar de la faz de la tierra", ha asegurado.