La Sociedad Interamericana de Prensa y otras organizaciones internacionales y nacionales de periodistas me declararon exento de la obligación de oír informes durante el tiempo que me queda de vida, pues les hice ver, al solicitar la exención, que escuché el último del presidente Ruiz Cortines (acompañando a mi papá), todos los de López Mateos y presidentes que siguieron exceptuando las burradas de Fox. Igualmente, los informes de los gobernadores Luis Encinas. Faustino Félix, me salté el único informe de Biébrich, ninguno de Carrillo Marcor porque yo vivía en México, los de Ocaña, Félix Valdés, Beltrones, López Nogales, Eduardo Bours y hasta ahí.
De modo que escuché partes del informe del gober Durazo y sólo de ellas hablaré. El primer detalle a la vista fue el regreso, como sede del evento, al Auditorio Cívico del Estado, desde solían informar los mandatarios priistas. Luis Encinas, que lo construyó, lo inauguró con su último informe en 1967. Padrés nunca tuvo algo que informar pero le gustaba fingir que informaba en el patio del palacio de gobierno.
Llama la atención que antes el representante del Presidente de la República daba su discurso después de haberse enterado, se supone que gracias al informe, de la situación de Sonora. Ahora el secretario de Gobernación lanzó antes su speech, tal vez porque es adivino y supo cuál era el contenido del informe. Su discurso fue altamente promisorio, pues ratificó el apoyo del gobierno federal a los programas que ha emprendido el licenciado Durazo. Esto es estupendo.
Todos los gobernadores hablan y actúan siempre como que son los mejores de la historia. Está bien que mantengan la seguridad en sí mismos. A nuestro gober lo sentimos más entusiasta y optimista que cualquier otro. Es evidente que su vocación auténtica es gobernar.
En lo personal, para mí lo mejor del informe fue ver en la pantalla a mi conductora predilecta Katy Amavizca, guapa, vestida con buen gusto y con su hermosa voz. Debí haber asistido al informe.
EL REY DEL CASH
Diálogo de la mujer y su marido en una casa de Sonora de buen nivel económico y triste nivel cultural.
ELLA: ¿Te enteraste, viejo, de que te quitaron el título de Rey de los Imbéciles?
EL: ¿Y eso? ¿De dónde, cómo se te ocurre?
ELLA: Pues ya sabe todo el mundo que don Papanatas, el que maneja el prostíbulo, es el único que ha leído “El rey del Cash” y lo presume noche y día. Por eso se considera el Rey de los Imbéciles.
EL: Pues saldré temprano a buscar el libro y pagaré por él lo que me pidan. No dejaré que me quiten el único título popular que he tenido en mi vida: Rey de los Imbéciles, aunque son algunos centenares los que se esfuerzan por obtenerlo.
carlosomoncada@gmail.com.