¿Cuántas veces hemos tenido un Presidente de la República que hubiera pasado a ese alto cargo desde la Secretaría de Relaciones Exteriores? No me acuerdo de ninguno del Siglo pasado a la fecha. El licenciado Ezequiel Padilla era el canciller con don Adolfo Ruiz Cortines y renunció para lanzar su candidatura. Pero Miguel Alemán, secretario de Gobernación, apareció en escena y lo apabulló. Esto ocurrió a mediados del Siglo XX.

Lo menciono porque en cierto momento la mexicanada tuvo la impresión, tal vez algunos la tienen todavía, de que el candidato fuerte para suceder a AMLO es su secretario de Relaciones Exteriores.

¿Y cuántos han pasado de la jefatura de la Ciudad de México (antes, Departamento Central) a la Presidencia? Cuando Alemán estaba por concluir su mandato sonó fuerte su primo Casas Alemán, y tan fuerte, que algunos sonorenses dieron a conocer sus adhesiones a través de la prensa. Don Adolfo Ruiz Cortines, que era secretario de Gobernación, les comió el mandado a todos. No hay antecedentes en los que pudiera apoyar su ambición doña Claudia Sheimbaum.

En cambio son numerosos los casos de secretarios de Gobernación –los citados, más Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría y otros—que han dado un paso al frente sin problemas. Por tanto, ¿debemos tomar en serio al tabasqueño Adán Augusto López?

Los mexicanos, prácticamente todos, que no tenemos acceso a las altas esferas del poder, donde se produce y guarda la información privilegiada en matera política, nos preguntamos por qué vuelve a Sonora tan pronto el señor secretario de Gobernación López. Es cierto que la reforma a la Constitución para el efecto de dar a la Guardia Nacional una más sólida estructura, le urge al presidente López Obrador.

Y es explicable que el secretario haya hecho planes para visitar a los diputados locales de las entidades federativas a fin de asegurarse que votarían a favor de la reforma (como sabe el Lector, aparte de la votación del Congreso federal, cuando se trata de reformas constitucionales se requiere el voto de la mayoría de los congresos locales).

Pero si en el Congreso de Sonora la mayoría está en manos de los diputados de MORENA, ¿era necesario venir a convencerlos de que hicieran lo que de todas maneras habrían hecho, esto es, votar por la reforma?

Uno, receloso, piensa que el señor López viene más bien a placearse ante los sonorenses con miras a colocarse como candidato para la que viene. Para no andar

con especulaciones ingenuas, deberíamos de preguntarle a él, directamente, si está en campaña. Si nos contesta que no que no sabe de qué le hablamos pues está dedicadol por entero a su trabajo, ¡es que la quiere!

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