Viven doble viacrucis en colonia Hidalgo
Francisco González Bolón
Viernes 10 de Abril de 2009

La ejecución de un joven en este sector enluta a una familia y deja a los habitantes de esta colonia con la sensación de ciudadanos indefensos ante la ola de violencia que aqueja a Cajeme.

No solo la muerte de Jesús revivieron ayer los católicos de la colonia Hidalgo.

En sus mentes todavía están las imágenes del asesinato de un jovencito de 18 años,  Morgan Urbano Terán Castro, a escasos 150 metros de la parroquia de la Sagrada Familia.

En este templo año con año se reproduce la pasión y muerte de Jesús y es considerada una de las mejores representaciones de la ciudad.

Pero esta vez los moradores de esa colonia vivieron dos viacrucis:

Los hechos

El jueves a la 1:00 de la mañana despertaron sobresaltados con el sonido de las “AK 47” o “cuernos de chivo” justo en los Autos Usados Hidalgo.

Ahí, supuestamente, Terán Castro y su padre, Urbano Terán Cejudo, platicaban con Miguel Rubio, dueño del negocio, sobre la compra venta de una casa rodante.

De pronto, según los informes policiacos, al menos tres personas descendieron de una camioneta doble cabina y dispararon sobre el lugar, donde cayó abatido el muchacho con más de 10 balas calibre 7.62 por 39 milímetros.

A su padre sólo le tocaría, en ese momento una esquirla en la boca, pero se estima que fueron más de 100 las balas utilizadas por los sicarios.

Más tarde, a eso de las 17:45 horas, cuando Terán Cejudo viajaba con dos de sus familiares en una camioneta Durango de color verde, fue alcanzado por dos sicarios que venía a bordo de un Jeep de color pistache y le dispararon.

En el intento por escapar, la jovencita que manejaba se subió a la banqueta de la calle Jalisco, casi esquina con Guerrero, pero no pudo avanzar mucho y salió huyendo junto con su compañera, Minerva Terán Cejudo.

En el asiento trasero venía Terán Cejudo, de 37 años, y hasta ahí llegaron los pistoleros y lo balearon.

Un total de 21 balas se incrustaron en su cuerpo y quedó tirado en el piso de la camioneta.

Algunas personas dijeron ver escapar a los tipos en un auto con placas de Sinaloa.

La representación

El padre Fernando Sánchez durante el recorrido del viacrucis por las calles de la colonia Hidalgo recordó que cada día se reproduce este calvario en la vida de cada persona.

Esta representación anual, con la participación de muchos jóvenes, afirmó, es preparada con mucho cuidado para que represente una lección de vida para cada uno de los que lo presencian.

Así como muchas familias salen a los centros de recreo en estos días, consideró, muchas otras se quedan para vivir los misterios de la pasión y muerte de Jesucristo.

Pero sobre todo participan en la vigilia pascual previa al domingo de resurrección, que es el acto más grande para la humanidad entera, precisó, porque con ello se demuestra el gran amor de Dios hacia los pecadores.

No entiende

Vecinos del negocio donde se presentó el homicidio, por la calle Quintana Roo, entre Jesús García y Nicolás Bravo, dijeron que todavía no alcanzan a entender qué pasó la madrugada del jueves.

“Yo estoy enferma de los nervios y me puse muy mal porque desperté toda asustada con el ruido de las armas esas”, relata una señora.

“Ay Dios mío fue todo lo que alcancé a decir y como seguían muchos balazos mejor no me moví.

“Ya cuando oí que se iba un carro y no hubo más balazos, entonces me asomé por la ventana y observé cómo un señor abrazaba el cuerpo del muchachito, pero nunca había vivido algo así”, refirió.

Al rato, expresó, llegaron los policías y se produjo toda una movilización que ya no los dejó dormir.

“Aquí sí que tuvimos doble vigilia y doble viacrucis.

“Hasta hoy pude dormir más o menos tranquila, pero me tuvieron que dar pastillas porque, imagínese, ya grande una y con los achaques de los males, estas cosas nos sobresaltan”, afirmó.

 
 

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