La esclavitud persiste en la orgullosa Unión Americana
Ana Lucia Barro
Viernes 11 de Noviembre de 2022

La esclavitud fue prohibida en los Estados Unidos en 1865 con la Enmienda XIII. Sin embargo, esta enmienda hace una excepción.

Enmienda XIII: “Ni en los Estados Unidos ni en ningún lugar sujeto a su jurisdicción habrá esclavitud ni trabajo forzado, excepto como castigo de un delito del que el responsable haya quedado debidamente convicto.”

En varios estados de este país la esclavitud es legal para los criminales presos. Es por esto que en las elecciones intermedias que tuvieron lugar el pasado martes 8 de noviembre del presente año se votó para decidir si se debe eliminar esta excepción de las legislaciones estatales de Alabama, Luisiana, Oregon, Tennessee y Vermont, para prohibir la esclavitud por completo.

En 2018 los estados de Colorado, Nebraska y Utah dieron el paso para prohibir todas las formas de esclavitud.

Aproximadamente 800,000 encarcelados trabajan por algunos centavos al día, o sin ningún tipo de remuneración. El 76% de los trabajadores encarcelados reportaron que se les forza a realizar el trabajo y si deciden no llevarlo a cabo se les amenaza con sanciones, las cuales pueden incluir limitar las visitas y llamadas.

Curtis Ray Davis II pasó más de 25 años en prisión en Luisiana, y estableció que "Estados Unidos de América nunca tuvo un día sin esclavitud codificada". Él fue víctima de los trabajos forzados por un asesinato que no cometio hasta que fue absuelto en 2019. En su testimonio Davis dice: "trabajé durante 25 años y regresé a casa con 124 dólares", “fue contra mi voluntad y a punta de pistola”.

Este vacío legal abre el paso para la explotación y corrupción en el sistema de justicia penal.

La mano de obra penitenciaria produce 11,000 millones de dólares en bienes y servicios anuales según la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles, son un eslabón importante en la cadena de suministros y en la economía. Claramente la mano de obra tan barata que ofrecen las cárceles puede ser un incentivo para reclutar a más presos de manera corrupta y tener acceso a más trabajadores por un bajo precio.

Cabe mencionar que Estados Unidos tiene el 20% de la población carcelaria mundial y solo el 5% de la población mundial, tiene la tasa más alta de encarcelamiento en el mundo con 1 de cada 100 habitantes en prisión.

Hay dos artículos de la Declaración Universal de Derechos Humanos que están siendo violentados en estas políticas de esclavitud de presos:

Artículo 4: “Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.”

Artículo 23: “Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual; Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana.”

En Estados Unidos la esclavitud no esta “prohibida en todas sus formas” como dice la Declaración, hay una forma en la que sigue viva legalmente. Los salarios que reciben los presos no son iguales a los que reciben otras personas por trabajo igual, no son equitativos ni satisfactorios.

Algunos opositores de la prohibición del trabajo forzado para encarcelados argumentan que sería muy costoso dar salarios adecuados o incluso que no merecen el mismo salario, y que podría perjudicar a los mismos presos. La primera de estas razones fue por la cual no se logró prohibir el trabajo forzado en California. Después de muchos esfuerzos por legislar en contra de este tipo de esclavitud, se decidió no progresar con las reformas ya que el gobernador advirtio que pagar por lo menos 15 dólares la hora a los reclusos costaria 1,500 millones de dólares al gobierno.

La Asociación de Alguaciles de Oregon defiende que los trabajos que se asignan a los presos son “un incentivo para el buen comportamiento”. También, aseguran que legislar en contra del trabajo de los encarcelados puede causar la pérdida de los programas de reinserción.

A pesar de las supuestas consecuencias negativas que se pueden desprender la prohibición del trabajo forzado, cuando se toma en cuenta que el precio de esto son los derechos y la dignidad humana de tantas personas, se vuelve indiscutible el camino que hay que tomar. Las cárceles deben ser centros de reinserción y no espacios de castigo y violación de derechos.

No se podrá hablar de un sistema penitenciario justo hasta que estén abolidas todas las formas de esclavitud.

En Alabama, Oregon, Tennessee y Vermont los votantes apoyaron la prohibición del trabajo forzado de presos, este no fue el caso para Luisiana. Los cambios no serán inmediatos pero por lo menos se está tomando un mejor camino. No olvidemos que hay muchos otros estados donde se necesita tomar acción para garantizar los Derechos Humanos de la población carcelaria.

No se han logrado borrar por completo las raíces del antiguo sistema de esclavitud de los afrodescendientes, su influencia sigue viva en el sistema penitenciario estadounidense.

 

 
 

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