Mi visita a la Feria, ayer, fue tempranera y productiva. Compré “Bavispe”, de Carlos René Padilla; “Rodear la Tierra (y andar por ella)”, de Carlos Mal, y “Atractores extraños” de Hugo Medina. Ganaron el Concurso del Libro Sonorense de 1920, en el mismo orden, en Cuento, Crónica y Poesía.
También me traje a casa “Morir de tiricia y carcelazo”, de Syvia Arvizu; “Villa ¨Paraíso”, de Selene Carolina Ramírez; “Espacios contenidos”, de Manuel Parra Aguilar, y “Crepúsculo mecánico”, de Antonio Berumen, que ganaron el mismo Concurso, pero de 2021, respectivamente, en Crónica, Cuento, Ensayo y Novela.
Estos autores estuvieron esperando dos años a que les imprimieran sus libros, lo que debió haber hecho el gobierno de Claudia Pavlovich y su inútil director del Instituto Sonorense de Cultura, pero se largaron conchudamente sin cumplir su deber. La directora Guadalupe Beatriz Aldaco hizo el milagro de pagar lo que no debía y tendrá que enfocarse ahora, con normalidad, a publicar los ganadores de 2022.
Los libros citados los compré en el pabellón del ISC. Luego pasé al de Mi Libro Mx en donde agregué “Pura pasión”, novela breve de la francesa Annie Ernaux, Premio Nóbel de este año; “Basura”, novela de Sylvia Aguilar Zéleny, cuya carrera literaria va en ascenso, aunque fuera de Sonora; y “Mujeres indígenas, emisarias de Dios y del hombre”, publicación póstuma de la siempre extrañada Raquel Padilla Ramos.
Faltan dos días de Feria, hoy y mañana. No sé si mis viejas piernas aguantarán otro recorrido, pero ya lo decidiré en el curso de la mañana.
¿QUIÉN DARÁ EL AVISO A LOS PERIÓDICOS?
Un alma caritativa debe condolerse de la ignorancia de los directores y jefes de redacción de los periódicos de Hermosillo (debo averiguar si no andan en las mismas los de Cajeme, adonde se extendió la actividad), y decirles que hay una Feria del Libro en Sonora que está a punto de terminar.
Han tenido la oportunidad de reseñar en sus páginas los libros, unos treinta quizá, que se han presentado en los tres foros con que cuenta el evento, y de entrevistar al menos a un número simular de autores y autoras, Están pendientes de difundir lo que pasa en Ukrania y el triunfo de los gringos republicanos pero omiten lo que sucede en sus narices. No quiero ni pensar que se debe a que no les han dado publicidad pagada.
Es obligación de los periodistas publicar las noticias, especialmente las que contribuyen a mejorar la cultura de la gente, sin aguardar lo que podríamos llamar un chayote cultural. O tal vez hay una explicación sencilla: que ni los que mandan en los periódicos ni los reporteros entienden qué es una noticia.
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