Frutos recientes del Concurso del Libro Sonorense (2)
Carlos MONCADA OCHOA
Viernes 2 de Diciembre de 2022

Hugo Medina selecciona con cuidado los temas de sus poemarios. Para “Adamantium” escogió el de los héroes y superhéroes de las historietas; para competir en un certamen convocado en Guaymas, se soltó escribiendo versos sobre el cáncer; para el que le dio el triunfo en el Concurso del Libro Sonorense 2020, narró el proceso de su suicidio. Uno de los poemas se llama “Boca de sombras”, como el primero que le premiaron en el CLS y que casi se me pasaba. En él advierte a su mujer:

“Escapa

Cuando mi boca hable

Con la boca.

Del diablo”.

Todos los que cito han sido premiados. Todos son, al mismo tiempo, pozos de angustia con fachada de tratados científicos a los que el lector optimista acercará un diccionario enciclopédico antes de comenzar a leerlos. Ahora me referiré al libro “Atractores extraños”, que salió a la luz el pasado mes.

El poeta decide suicidarse colgándose de la rama de un árbol. Entre los muchos procedimientos para quitarse la vida, es una buena selección. Puede poner como música de fondo “Gaspard de la nuit”, de Ravel; las notas del piano imitan el ruido monótono que hace el cuerpo del colgado movido por el viento.

Mientras llega el momento fatal, el poeta intenta ponerse a la altura de Abigael inventando palabras. “La noche entonces es piedra// PIÉDRASE en las palabras de tus labios”, “Me PENUMBRAS y me reviertes…2 dice en “Si un árbol cae en un bosque”

Y en el poema “Ángel del exterminio”; “Admiras la amoralidad SATÁNIDE de las enfermedades”. Y en el poema vecino: “Me RAREFACTO en el plomo del sol”, vocablo al parecer derivado de Rarefacción, Rarificar, igual a Enrarecer. Aquí estamos en el poema “Ausencia”, en el que reprocha el poeta a la mujer que no esté a su lado. ¿Qué no recuerda el malvado que él mismo le aconsejó que escapara en “Boca de sombras”?

¡Qué descanso llegar a “Lamentación” en donde Hugo evoca el “Nocturno de la estatua” de Xavier Villaurrutia. Pero no tarda en desconcertarnos de nuevo con “La EKPIROSIS de la sangre” (en “Angelus novus”) y “Un sueño CRIOGENIZA mis manos” (“Ciudad paralela”), aunque esta palabra, ¡sí, eureka!, se encuentra en el diccionario: significa CONGELA. No sucede lo mismo con “ve con ojos de

PANSPERMIA el sulfuro derramado (“El espíritu”), pero de esta falta compensa un símil comprensible: “el transitar de las nubes HIPOPÓTAMAS” (“Arena kinética”) pues si sabemos desde niños que hay nubes de borreguitos, ¿Por qué no hipopótamas?

En fin, el poemario cierra con “Fractal” y nos deja fractalizados. A lo largo quiso poner toques de ternura al hablar del hijo que abandona “porque debo ir a quitarme la vida” (“La locura del padre”), pero aunque utilice palabras tiernas no hacen eco en estos muros complicados. Será lógico, por cierto, que el lector pregunte: ¿Y se suicidó? Y será lógica también la respuesta: ¡Ay, amigo Lector!, ¿qué no conoce usted a los poetas?

carlosomoncada@gmail.com

 
 

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