Frutos recientes del Concurso del Libro Sonorense (8)
Carlos MONCADA OCHOA
Viernes 9 de Diciembre de 2022

Seis cuentos más la explicación, al final, de cómo llegó al asilo para platicar con los ancianos que lo habitan, a quienes transformará en personajes de su libro, forman la obra de Selene Carolina Ramírez,”Villa paraíso”, ganadora del certamen de 2021.

El cuento mejor logrado, “Guerrilla”, es casi una crónica de los acontecimientos registrados en la Universidad de Sonora y alrededores en 1967. Ocurrieron antes de que la escritora hubiera nacido, lo que indica que tuvo una rica fuente de información. Pero aunque el cuento se desarrolla en el campo de la ficción, y aunque se considere fidedigna la fuente que provee los datos, es obligación de la narradora corroborarlos.

Es obvio que el conflicto que aquel año mantuvo a la Universidad cerrada del 28 de marzo al 17 de mayo fue provocado por dos grupos priistas que querían, uno, mantener un candidato a gobernador, y el otro, a un candidato distinto. Un grupo se opuso al dedazo antidemocrático en favor de Faustino Félix, y el otro grupo luchó para que el dedazo antidemocrático beneficiara a Fausto Acosta Romo. La aportación de la autora es una apreciación digna de la guerrilla:

“La guerrilla es llorar, desconsolado, en un baño de asilo, cada vez que visitas a tu gran amor La guerrilla es la esquizofrenia. Son los pedazos de papel sanitario desmoronados en las mejillas llorosas. Es darte cuenta de que siempre serás el niño que llora solo en todos los baños del mundo. Es salir del baño con el rostro rojo de llanto y los recuerdos pegados en los ojos. La guerrilla es saber que eres viejo y tienes miedo. Es saber que el miedo nunca termina”.

Hace tiempo que los escritores sonorenses, siguiendo la línea de José Saramago, han eliminado los guiones para marcar los diálogos de sus personajes. Pero me parece que no hay que exagerar. Saramago separa mediante comas lo que expresa cada personaje y comienza con mayúscula lo que el otro responde. En los textos de Selene se generan confusiones.

“Charro” es una rica narración que no sólo jala por la singularidad del personaje sino también por lo que se aprende sobre las suertes de la charrería: las manganas, el ahorcado, tan lucidora como peligrosa, el paso de la muerte.

Vuelve el ambiente universitario en el cuento “Escribo lo único bueno que supe de él” donde revive la figura del primer maestro que enseñó pintura, Higinio Blat, valenciano (y su esposa Karle Garmendia, agrego yo, de metiche). Daban clases atrás del “elefante blanco” que era el Museo y Biblioteca inaugurado en 1950, en el gobierno del general Abelardo Rodríguez, dice la autora. Pero el gran edificio se inauguró en 1948 (no cabe la discusión, es cosa de ir y ver la placa que se halla desde entonces plantada ahí). Y en 1950 el gobernador no era ya el general sino el industrial Ignacio Soto.

En fin, no vamos a pelearnos por detalles históricos si tenemos a la mano una buena colección de narraciones.

carlosomoncada@gmail.com

 
 

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