NUEVA YORK -- Es raro encontrarse en las Grandes Ligas a un pitcher novato de 32 años, pero tal es el caso de Walter Silva, cuya llegada a las mayores se vio truncada varias veces por los vericuetos de la liga mexicana.
Silva acabó como integrante de la rotación abridora de los Padres de San Diego cuando la organización prestó atención a las recomendaciones de sus compatriotas Adrián y Edgar González y le ofrecieron una invitación a los entrenamientos de primavera.
El derecho empacó unas cuantas pertenencias y condujo su camioneta durante dos días desde su natal Mazatlán hasta Peoria, la ciudad en Arizona donde los Padres tienen su sede de pretemporada.
Silva se ganó un puesto en lo que fue una especie de audición masiva de lanzadores, con más de 40 candidatos en puja por puestos en el cuerpo de pitchers. Jake Peavey y Chris Young eran los únicos seguros.
Ya lleva dos aperturas en la joven temporada, aunque aún no ha registrado decisiones y tampoco ha podido superar el máximo de cinco entradas.
Pero las vivencias de estos días han sido de ensueño para alguien que recién a los 27 años empezó a lanzar en serio. Una de ellas incluyó lanzar el lunes en la noche ante casa llena en la apertura del Citi Field, el nuevo estadio de los Mets de Nueva York.
"Es una experiencia grandiosa", dijo Silva a The Associated Press. "Estoy en el lugar al cual siempre quise llegar y quiero seguir seguir acá".
Silva sabe valorar cada uno de sus primeros instantes en las mayores, al considerarse ultra afortunado por las circunstancias que le rodean.
Siempre tuvo el deseo de probar suerte en las mayores, de hecho fue su norte en los últimos cuatro años. Pero se topó con el obstáculo de que su equipo en la liga de verano de México era dueño de sus derechos y pedía demasiado dinero para desprenderse de sus servicios.
Tal era el caso de los Sultanes de Monterrey, que no fue hasta esta temporada en la que asintieron a un acuerdo para que Silva tuviese su oportunidad.
"Así son las cosas en México. Para poder irte a Estados Unidos, el equipo en México tiene que venderte", dijo Edgar González, infielder de los Padres.
Silva lamenta que en México no exista una organización que represente a los peloteros.
"Tu suerte depende exclusivamente de los dueños", dijo.
Con un récord de por vida de 30-32 y 4.62 de efectividad a lo largo de siete campañas en la liga de verano, Silva logró convencer al manager Bud Black de que tenía el repertorio para rendir en las mayores cuando el dirigente acudió a la pasada del Serie del Caribe con el fin de verlo.
Varios equipos estuvieon interesados en contratarlo, incluyendo a los Yankees de Nueva York.
"Me gusta que sabe localizar sus pitcheos", dijo Black. "Tiene una recta de 89, 90 millas por hora, el slider es bueno y también la curva".
Ahora que llegó, Silva quiere quedarse por buen tiempo.
"Soy muy afortunado, porque mucha gente busca gente joven y con brazo fuerte", reflexionó Silva sobre su situación particular. "Aquí fue la excepción. Los Padres ocupaban gente con cierta experiencia y la que yo tenía desde México me ayudó".
Por lo pronto, los Padres esperan que puede administrar su carga de lanzamientos por juego, ya que hasta ahora no ha pasado de los cinco innings con más 90 pitcheos. Su efectividad es de 6.52.
"Mis coaches me dicen que tengo excelente localización y que dominó los lanzamientos para cualquier conteo y situación", declaró Silva. "Lo que tengo que hacer"