Perdón por el título de esta columna que se presta a confusión. Me refiero, para comenzar, a las dos nuevas presas que se construirán aquí, no lejos de Hermosillo, con sus respectivos acueductos, para garantizar al menos por 30 años el vital líquido para sus habitantes. A mi juicio no se dio suficiente difusión a esta noticia, proporcionada por el gobernador. Pero en Cajeme deben estar preguntándose si la construcción de esas presas no traerá consigo la orden de libertad de otra presa más importante, la de El Novillo, cuyo almacenamiento sigue siendo objeto de robo.
Los cajemenses hemos sido siempre muy maliciosos. Cuando Padrés, con la complicidad de Felipe Calderón, se lanzó al asalto de la presa del Novillo, no vimos que el objetivo principal fuera el de dar agua a los sedientos hermosillenses, sino poner a disposición de los especuladores en bienes inmuebles el principal recurso para desarrollar sus negocios.
Las ciudades de Sonora tienden a crecer y es lógico que se requieran nuevas unidades habitacionales y terrenos para instalar negocios. Pero una cosa es contribuir al desarrollo urbanístico en beneficio de la sociedad y otro, hacerlo con el manejo de influencias para beneficio de tres o cuatro familias que se creen dueñas de Hermosillo.
Quiero creer que más temprano que tarde se cerrarán las válvulas del Novillo y se dejará a los agricultores y ejidatarios del Valle del Yaqui disponer del agua que les corresponde para incrementar la producción de alimentos, misión mucho más importante que la especulación inmobiliaria. Quiero creer que será así. Hago un esfuerzo por convencerme de que será así.
PAVIMENTACIÓN: ¿COINCIDENCIAS
No es fácil transitar en estos días por las calles de Hermosillo. De repente halla uno sectores cerrados que obligan a dar rodeos, o estacionar el auto donde se pueda y cubrir el trecho que falta a pie. Eso se debe a que no están sólo cubriendo baches, como hicieron en colonias modestas en donde los baches resucitaron, sino asfaltando la totalidad de la calle.
Las molestias no son nada agradables para el ciudadano pero las soporta si piensa que el objetivo que se persigue es el que ha demandado desde hace años y años sin que se les escuchara.
Parece que el ritmo de trabajo está calculado para que el programa de pavimentación esté concluido a mitad del año o un par de meses más, digamos, cuando se inicie el proceso para buscar candidatos a diputados federales y locales y presidentes municipales. ¿Se trata de una simple coincidencia o de una estrategia previamente planeada? Porque el ciudadano, bien impresionado, estaría dispuesto a votar por el alcalde y sus colaboradores si le entran a otra aventura electoral.
Me parece más importante que en los municipios en los que no quede resuelto el problema principal, el ciudadano NO vote por el alcalde y sus regidores. Porque algunos tendrán el descaro, como fue el caso de dos o tres en 2021, de intentar la reelección.
Carlosomoncada@gmail.com