Festival Ortiz Tirado 2023
Arturo Chacón Cruz, tenor navojoense que colecciona aclamaciones en México y en escenarios internacionales, forjó un éxito casi redondo al abrir el FAOT el viernes 20. Cantó áreas bien conocidas por el público (Verdi, Puccini), canciones napolitanas, tangos y canciones mexicanas. ¿Por qué un éxito casi redondo? Respondo con otra pregunta y una observación: ¿para qué intercalar en el programa el Corrido de Sonora? Y, con perdón del admirado artista, quienes atesoramos la versión de "El triste" de José José no podemos admitir que puede ser sustituida por otra.
Arturo Chacón fue acompañado por el genial pianista José Ángel Rodríguez, cubano. Me honra haberle abierto la puerta del Festival en 1996, por recomendación de la mezzo Estrella Ramírez. Hace, pues, más de 25 años que José Ángel ha venido a Álamos con cierta frecuencia.
En los intermedios de la función, trasmitida con tino y buen gusto por la Universidad de Sonora, el periodista y crítico Arturo Brennan y la hermosa joven Martha Paola Medina hacían comentarios, pero aunque dijeron, de Arturo Chacón, todo lo que les dijeron que dijeran, pasaron por alto que en 2012 fue condecorado con la Medalla Ortiz Tirado.
Brennan fue víctima de aguda diarrea de palabras, con la velocidad de la luz disparó información de todos los compositores que conoce, que son unos cincuenta mil, y no mencionó aquel honor (¿o no considera que es un honor?) ganado por Arturo Chacón. Tampoco lo mencionó el maestro de ceremonias y posiblemente tampoco los boletines del Instituto Sonorense de Cultura. Creo que quienes han recibido la medalla y regresan a otro festival, deberían traerla prendida de la solapa o colgada del cuello.
LA GLORIA PARA EUGENIA
Me declaro admirador para siempre del talento de Eugenia Garza, de su fina figura, de su rostro de belleza clásica, de su prodigiosa vocalización, inclusive de su vestuario (el regio vestido con que apareció para la segunda parte del programa es bellísimo).
Tengo la impresión de que no canta igual dos veces un aria, sino que la recrea en cada ocasión con los arpegios de su voz excepcional. Esto se apreció muy bien en las dulces tonalidades que dio a canciones conocidas que por lo general se cantan a gritos: “A mí me pasa lo mismo que a usted”, “Si Dios me quita la vida”, “Cuando vuelva a tu lado”. Su interpretación de Gershwin fue excelente. Y coincido con la profunda emoción con que reaccionó el público al aria de “Macbeth”.
Por ahora sólo reseño dos noches de gala porque cierro esta columna la tarde del domingo, antes de que se inicie el recital respectivo.
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