Hay una empresa interesada en instalar parquímetros en Cd. Obregón, informó Ivonne Llamas, presidenta de Canaco.
En su habitual conferencia de los lunes, Llamas destacó la necesidad de contar con los parquímetros para apoyar el reordenamiento del centro de la ciudad, una medida que han solicitado los comerciantes desde hace ya varios años.
El Ayuntamiento no pagaría nada, la inversión sería cero, sólo pide la empresa un convenio por ocho años, precisó.
Es una oportunidad del gobierno municipal para iniciar el tan aplazado reordenamiento del centro sin cargo al erario.
Los parquímetros son indispensables para el reordenamiento del centro, argumenta Llam,as, donde muchos automóviles son estacionados durante varias horas sin pagar e impiden así la llegada de clientes a los comercios de esa zona pues no encuentran donde dejar sus carros.
Los parquímetros a instalar tienen celda digital, son "parquímetros inteligentes", que pueden generar inversión para beneficio de la comunidad, añadió.
La primera zona con parquímetros sería la comprendida de oriente a poniente por la calle Miguel Alemán hasta la Puebla, y de norte a sur de la Náinari a la Zaragoza. Son 36 cuadras donde se instalarían 142 parquímetros.
Los riesgos
La presidenta de Canaco no precisó qué empresa es la impulsora de este proyecto. Primero afirmó que se trata de una empresa local y después de una nacional con socios locales, una empresa que ha instalado parquímetros en varias ciudades del país, como Cancún y la colonia Polanco de la CdMx.
La tarifa del servicio para el automovilista es alrededor de 10 pesos la hora.
Hasta aquí la propuesta es no sólo atractiva sino además necesaria dada la anarquía que priva en las calles del primer cuadro de la ciudad.
Pero las experiencias recientes que ha tenido el gobierno municipal con privatizaciones que en su inicio parecían ventajosas y después se volvieron negativas generando conflictos, como la concesión del nuevo estadio de beisbol, la del alumbrado público y más reciente los servicios de Eroagua, obligan a tomar con precaución un acuerdo para concesionar la instalación de parquímetros.
Al cederle a un grupo privado la propiedad de las calles, el ciudadano común reacciona con más energía ante los abusos del concesionario, en este caso, la amenaza de inmovilizar los autos cuando el propietario se exceda unos minutos del tiempo pagado en el parquímetro.
La autoridad política en las calles es suplantada por el interés privado.
Además la experiencia de Erogua, donde en un año el gobierno municipal se dio cuenta que puede realizar el servicio contratado sin necesidad de pagar un cantidad alta (25% del ingreso) a la empresa, es un factor que obliga a repensar las ventajas de un convenio en este caso pues la instalación de parquímetros y su operación puede generar ingresos importantes para un Ayuntamiento urgido de nuevas fuentes de financiamiento.