El lunes, en cuanto oí las primeras notas cantadas por la soprano Anabel Garfio, corrí a proteger mi viejo y amado L. P. “Wien, du Stadt meiner Träume” (Viena, ciudad de mis sueños) que canta celestialmente Richard Tauber, igual que otras canciones y arias, incluidas dos de Lehár, con quien se atrevió también la dama del escenario. Temí que mi disco, que me ha acompañado varias décadas, pudiera resultar rayado.

Que se hubiera anunciado la velada como una noche en Viena, no fue impedimento para que se colaran arias de Gounod y el encantador vals (no encantador esa noche) de Musetta, de La Bohemia. La señora Garfio “explicó” que “la opereta es igual que la zarzuela, pero en alemán”. ¿De modo que las operetas de músicos de Inglaterra y los Estados Unidos, derivadas algunas a teatro musical, no son operetas porque se cantan en inglés? No es posible educar a la gente en el campo del canto operístico con esas torpezas.

Lo que al parecer deseaba Anabel era que la escucharan que sabe alemán, ganar el aplauso de ingenuos. Mi añorada amiga la mezzo Encarnación Vázquez se aprendió y cantó una ópera en japonés y no vino a presumir. En fin, la señora Garfio cantó algunos valses conocidos por el público y cerró estruendosamente con una sorpresa: con su varita mágica hizo aparecer un mariachi, y ahí sí, las galerías aplaudieron a rabiar.

¡Qué regalo para el doctor Alfonso Ortiz Tirado, a cuyo natalicio se agregó ayer un aniversario más!

Los fotógrafos del Instituto Sonorense de Cultura han hecho un buen trabajo para mostrar, a quienes vivimos fuera de Álamos, que asiste al Festival una gran masa de visitantes. Debe ser verdad, aunque desde mi estudio sólo tengo acceso, a través de mi aporreada compu, a lo que pasa en el interior del palacio municipal, y es lo que comento.

MÁS PRODUCCIÓN LITERARIA

Nos llegan noticias de la aparición de nuevos libros, uno de Carlos Sánchez, “Cananea, la tierra de Dios”, que debe estar dando calorcito rico a los amigos del mineral; otro, “Libre MENTE feliz”, de Martha Amelia Paz Encinas, empresaria y licenciada en Derecho egresada de nuestra Unison. Es un texto de superación personal, de esos que trasudan optimismo.

A los autores que vayan a presentar sus libros, avisen a esta columna (correo electrónico abajo) y con gusto les ayudo a promover el evento

carlosomoncada@gmail.com